Que viene el lobo; que diga, Lovato

Que viene Lovato. El Salamanca UDS ya ha encontrado solución para acabar de un plumazo con todos sus problemas (inhibición en los pagos, lucha de egos… ¿alguien se acuerda que el equipo ganó el sábado?). Que viene Lovato. Y ya está. «Que viene Lovato y con él todo va a estar bien, ya verás», es una frase que acuñó Vicente García y, por lo que se ve, ha quedado para la posteridad. Un que viene Lovato lo mismo te valía para decirle a los jugadores que iban a cobrar, que para aplacar el pulso entre Carlos Martín y Movilla, una salvación o un ascenso. Ahora, por lo visto, vale para pedir a los peñistas que se rebaje la tensión que parece que existe hacia Rafael Dueñas. Y que no es nueva, sino más vieja que la tos. Pero, oye, es oír que viene Lovato y como la seda. Seguro que funcionará. Y si no toda, en parte. Lo que no sé es cómo con lo agudos que han estado una vez más, no utilizan el que viene Lovato para más cosas, así a modo de omeprazol para evitar indigestiones como la que ha provocado este último juego de tronos. Por ejemplo, este próximo viernes en la rueda de prensa previa Jehu puede decir: «Es que viene Lovato…»; y así, si el equipo pierde, la gente seguro que ni se enfadará porque, ya se sabe, vendrá Lovato, que es mano de santo, y ya cuando venga se ganará. El problema es... que luego viene Lovato (dicen que «pronto») ¿cuánto es lo que se arregla? Entre que viene Lovato y que viene el lobo sólo hay cuatro letras de diferencia… Y ya se sabe cómo acabó esa otra historia.