Llácer vuelve a casa tras la tragedia: «Te das cuenta de que tienes que dar las gracias por no haber perdido a alguien»

Dani Llácer, el entrenador de Unionistas, ha aprovechado unos días de descanso -el equipo no volverá a entrenar hasta el miércoles- para ir por primera vez tras la devastadora DANA a su pueblo, Quart de Poblet. Aunque en las horas previas a la tragedia estuvo muy pendiente en todo momento de sus familiares y amigos, está siendo ahora cuando puede comprobar de primera mano los efectos, aunque afortunadamente el municipio no fue uno de los más afectados, y escuchando los relatos de toda la gente a la que quiere. «Donde he vivido siempre no ha estado entre los sitios con más daños. Aquí en Quart en la parte norte sí que tengo algunos amigos que han perdido los coches. En mi pueblo veo que por ejemplo las carreteras ya están algo mejor, pero en Paiporta sigue todo muy jodido. Uno de mis mejores amigos de toda la vida me ha mandado un vídeo en el que pone que es el día 18 después de la DANA y parece una zona post guerra. El vídeo lo describe todo», señala desde allí el técnico valenciano, que llegó a casa el domingo por la noche.

A quien más ganas seguro que tenía de ver Llácer era a sus padres, que le han relatado lo que vivieron aquel 29 de octubre: «El domingo por la noche y hoy desayunando me han contado que lo pasaron mal. Vivimos al lado del cauce del Turia, que estuvo a punto de desbordarse. Se quedó a medio metro y hay que tener en cuenta de que es grandísimo. Desde las cinco y pico o seis ya estaban asomados al balcón porque oían el ruido del agua y veían todo lo que iba por el cauce. Y por la noche veían luces y pensaron que iba una nevera, pero era un coche, además de árboles arrancados. La casa está a 20 metros. El tema es que aquí no estaba lloviendo y la alarma no llegó hasta las ocho y pico, aunque a las seis ya estaban asomados por lo que llevaba el cauce. Dicen que no habían visto algo así. Mi tío vive en Picaña, esta mañana he hablado con él, y me contaba que fue una barbaridad».

Afortunadamente, el entrenador de Unionistas no ha tenido que lamentar desgracias personales en su ámbito más cercano. «Han sido daños materiales y el gran susto que se llevaron, como mi hermano, que vive en Ribarroja. Son pueblos que están junto al río, que se desbordó. Aquí por ejemplo mi padre tiene el garaje al lado del cauce», explica. Y en este caso se acuerda de una anécdota, que afortunadamente no terminó mal: «Mi padre había pensado en bajar a sacar el coche del garaje y mi madre le dijo que no lo hiciera. Al día siguiente mi padre habló con un vecino, que le dijo que su coche era el único que se había quedado dentro». Y su padre le contó más: «Ellos viven en la parte baja del pueblo y escuchaban a los de arriba decir: los coches, los coches… Por eso él pensó en bajar a sacar el suyo, pero es que ni siquiera estaban en preaviso».

Al llegar de noche el domingo a Quart de Poblet, Dani Llácer no ha tenido la oportunidad de ser testigo de cómo han quedado las zonas cercanas, aunque este lunes sí tiene previsto visitar algunas localidades. «Como llegamos tarde no vimos mucho, aunque pasamos por Chiva, Cheste… Pero me han dicho que todavía quedan muchos coches amontonados, palés…».

En sus padres sí que ha visto lo que ha afectado la DANA a los valencianos: «Les ves la preocupación, lo que tuvieron que pasar. Ahora estamos pintando los balcones en casa y uno de los chicos que están trabajando es de Paiporta y lo ha perdido todo. Muchos de los afectados son gente conocida. Uno de mis mejores amigos ha perdido los dos coches, otro en Picaña… Hablando con la gente que ha perdido a alguien te das cuenta de que un coche o una planta baja son lo de menos, y que tienes hasta que dar las gracias».

Ahora hay que mirar adelante, aunque cree que va a costar mucho. «A nivel emocional esto es un palo muy fuerte para todo el pueblo y a nivel material van a hacer falta meses, seguro. Tengo primos y amigos que han estado varios días ayudando en Aldaia. Hoy ceno con primos y a ver qué me cuentan. A nivel emocional, mi hermano me decía que por mucho que se vea en la tele o en los vídeos Tik Tok, no eres consciente de la gravedad de lo que ha pasado: son pueblos que han sido arrollados y han quedado devastados», sentencia Llácer con pena por lo que ha sufrido su tierra.

«Mi colega el de Picaña me contaba que en su garaje no pudieron entrar hasta varios días después porque la UME sólo entraba en los que entendían que podía haber víctimas. El coche había quedado destrozado y tenía que hacer fotos para el perito, pero tuvo que esperar muchos días», relata.

Lo que ha quedado claro es que la tragedia ha servido para demostrar la solidaridad y la valentía de los vecinos para ayudar a los demás: «Hemos visto casos de gente que se había quedado encerrada en los garajes y que pudieron salir gracias a la valentía de otras personas».

Cuando vuelva el miércoles al Reina Sofía, seguro que el entrenador de Unionistas lo hace siendo más consciente todavía de que lo más importante de la vida es eso precisamente, la vida.

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