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La decisión de adelantar una hora los partidos a partir de ahora para exprimir hasta el último rayo de luz solar y así evitar depender de la electricidad en el Helmántico (cositas de antes de Edison) generó un clima un tanto raro en el estadio de la carretera de Zamora. No es que no conociera el ambiente ni la madre que lo parió; pero cuanto menos la comida estaba sin digerir. A uno se le ocurría pitar y acto seguido echarle un piropo a Jehu («¡Yejú!», antes de cada lección táctica), a otros empezar esas palmitas de tango que son tan propias de este estadio... Aunque el equipo deletreara un fútbol al primer toque a bastante más velocidad que en encuentros anteriores; del primer tramo hay que quedarse con una acción en la que Fassani bajó hasta tres cuartos, descargó sobre la banda izquierda y se produjo un acercamiento en tromba que no encontró, luego, portería de milagro.
El caso es que en la grada iba cada uno iba a lo suyo sin que otra voz le aplacara porque el grupo que se autodenomina «ultra», y al que el resto del estadio llama «nazi» —sin medias tintas— había decidido no ocupar su sitio hasta el minuto 23 en señal de protesta por la última polvareda de micrófono en torno al vestuario del Salamanca UDS. Que si borrachos..., aunque luego a ellos a sí mismos se lo canten con orgullo, y también «vagos» y «delincuentes».
El caso es que no les pudo salir peor la protesta. Primero porque, creo, el resto del estadio no los echó de menos (en la segunda parte se llevaron una tremenda pitada por un cántico contra el Burgos), porque gustan más de ver el fútbol de otra forma. Y, luego, porque justo en el momento que las sudaderas negras empezaban a dejarse ver por las bocanas Héctor Juan le enseñó al resto del estadio que estaba a lo que tenía que estar, por mucho que se le hubiera protestado cada decisión hasta ese momento. «Penalti, es penalti sobre Galván», le explicaba al meta De Gea en medio un tumulto de medio. Para cuando el total de aficionados indignados ocupó su parcela de terreno en el Fondo Sur (la que no tiene asientos) los jugadores a los que señalaban ya habían adelantado a su equipo. 1-0. La gente gritaba «¡gooool!» con ganas, mientras ellos no sé qué sobre «mercenarios». Galván tiró el penalti con una clase tremenda; pese a que lo hizo con la derecha, que es su pierna menos hábil, si es que este jugador tiene alguna parte del cuerpo que no está hecha para este deporte.
Con el resultado a favor todo se vino a su sitio. Y al partido a un stand by de 26 minutos y 18 segundos en el que el Burgos Promesas no dijo nada, pese a llegar al Helmántico con los mismos puntos que el Salamanca UDS. Y en el que el conjunto de Chiapas vivió tan cómodo, pese al contratiempo serio de la lesión de Javi Navas.
Jorge de Vicente, que fue el recambio del extremo abulense, se machacó sin descanso durante el cuarto de hora de descanso para cogerle el aire al partido. Esa chispita de más le vino de perlas al conjunto albinegro, que arrancó la segunda mitad como un tiro queriendo sacarle todo el jugo a los 105x75 del terreno de juego. El equipo encontró línea de fondo por las dos bandas. Y ocasiones de todos los colores. Primero fue Poveda el que envió sobre De Gea una opción clara de remate surgida en la frontal, luego Fassani de cabeza en el área pequeña. Cristeto tuvo otra en la corona del área que no encontró puerta por milímetros…
De entre todas las oportunidades para ampliar el marcador, y hacer justicia a lo que se veía sobre el terreno de juego, la más clara fue la que tuvo Martín Galván otra vez a los 23 minutos (ahora de la segunda mitad). Al crack mexicano se le hizo de noche en el mano a mano con De Gea, tras haber estado listísimo para robarle la cartera a Arnaiz. También fue clara la que tuvo Fassani de cabeza a la salida del primer córner local del partido. Le había dado mucha importancia Jehu Chiapas a la estrategia durante la semana y solo la gran intervención de De Gea, abajo, en una parada de mucho nivel, evitó que el equipo rubricara sobre el campo lo dicho sobre la pizarra.
Por suerte, no tuvo que acordarse de ninguno de estos goles fallados al final del partido, porque primer Mansour estuvo imperial tapando la única acción de peligro del Burgos Promesas; y, luego, Alvarito poniendo orden con el 2-0, tras una estupenda acción ofensiva de Miguelito. El caso es que un mes después se volvió a ganar. Que es luz (solar) en medio del túnel.
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