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El delantero camerunés Stéphane Emaná. LAYA
El ejercicio de fe de Stéphane Emaná para ser futbolista

El ejercicio de fe de Stéphane Emaná para ser futbolista

El delantero camerunés ha vuelto a jugar en el Salamanca tras superar otra grave lesión

Alex G. Santana

Salamanca

Miércoles, 2 de octubre 2024, 20:49

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Stéphane Onesime Emaná Edzimbi (Yaundé, Camerún, 17 de junio de 1994) lleva entrenando con la ilusión de un juvenil desde que llegó al Salamanca UDS hace ya unas semanas. Tras romperse en febrero de 2024 el ligamento cruzado anterior de una de sus rodillas, otra vez, el pasado sábado en O Vao disputó quince minutos, en los que ofreció buenas sensaciones a pesar de su larga inactividad. Contento por el debut, a sus 30 años tiene claro lo que quiere y lo dice con un perfecto castellano, eso sí, con un característico acento jerezano tras sus años allí: «Soy un futbolista generoso en los esfuerzos y que siempre voy hasta el final. Tengo muchísimas ganas de demostrar que no estoy aquí por casualidad ni porque me deban ningún favor. Estoy aquí para sumar y demostrar lo que valgo».

Hijo y hermano de futbolistas internacionales con Camerún, René y Achille, que dejó un gran recuerdo tras su paso por el Betis, el punta del equipo del Helmántico empezó a jugar al fútbol «en serio» precisamente en la cantera verdiblanca, tras viajar a Sevilla con su familia desde Toulouse (Francia) el primer destino profesional de su hermano mayor, que le saca 12 años. Sobre su debut con la camiseta del Salamanca UDS opina así: «Habían sido muchos meses trabajando desde el día uno después de la lesión y la verdad es que me encontré bien, aunque me hubiese gustado estar un poco más fino en cuanto a forma física. Sigo trabajando en ello y estoy en el camino».

La grave lesión que sufrió hace ocho meses, desgraciadamente, no fue algo nuevo para él, y ayer, tras el entrenamiento, sentado en una de las escaleras de Las Pistas, reflexionaba sobre cómo ha conseguido levantarse tantas veces: «Con confianza y fe. Más fe que otra cosa porque al final el fútbol es algo que amo. Y cuando amas una cosa... no sabría explicarte. Lo deseas tanto que no quieres que se acabe aquí. Cuando sufres una lesión no sabes muy bien cómo vas a volver y si estarás capacitado mentalmente para ello, así que hay que sacar fuerzas de donde no las hay. Después de tantas lesiones, por desgracia, me he curtido mentalmente para levantarme día tras día. Por seguir disfrutando uno, dos o tres años más de lo que uno ha amado y mamado desde chiquitito (dicho otra vez con gracejo andaluz)».

Stephane no sabe si quiso ser futbolista por la tradición familiar: «Es verdad que tenía esos referentes pero podía haber tirado por el baloncesto, las matemáticas o haber sido profesor. Me tiró el fútbol desde pequeño. No he tenido la calidad o la suerte para llegar a un nivel tan alto como ellos, pero siempre he estado en el camino y no lo he dejado. Nunca he dejado de luchar por ese sueño». Un sueño que ahora hace realidad aquí. «Estoy muy a gusto. Salamanca es una ciudad con mucho encanto y el club tiene que seguir creciendo. Creemos que hay proyecto y plantilla para tener la ambición de estar arriba, pero ahí no se llega sólo de palabra y habrá que demostrarlo con hechos en el campo».

El punta camerunés reconoce que cuando era más joven sí que notaba la presión de ser el hermano de...: «Cuando tenía 21 o 22 años sí, pero ahora a los 30 el camino es el que me ha tocado o he elegido, el que me he labrado yo mismo. Me ha podido salir mejor o peor, pero aquí estoy». Aunque él no había nacido todavía, sí que sabe lo que fue para su familia que Achille abandonara Camerún a los once años para buscar un futuro como futbolista en Europa: «Salir de tu zona de confort siempre es complicado y para mis padres lo fue también por tenerlo lejos. Se hizo duro, pero siempre pensaron que era por algo que a él le gustaba y que le hacía feliz». Como es feliz él haciendo vuelto a jugar, ahora en las filas del Salamanca UDS. Y siempre con una sonrisa en la cara. Su siguiente objetivo, siempre sumando como dice, es el de tener más presencia, toda vez que parece que ha dejado atrás la lesión, a pesar de la competencia que tiene con los Villajos, Juancho y compañía: «Tenemos una competencia sana para que a los técnicos les cueste elegir a quién poner. Será bueno para el equipo que todos estemos enchufados».

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