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El desembarco de Lucas Pérez (34 años) en la Primera Federación fue un acontecimiento. “El jugador de Primera que baja dos categorías por amor a sus colores”, venían a decir los titulares. Su debut en la nueva categoría y su reencuentro con Riazor tuvo al Unionistas como testigo.
El club blanquinegro ligado íntimamente a la historia del panzer gallego: un doblete le hizo al conjunto entonces dirigido por Raúl Casañ. Y cinco más lleva desde entonces. Lo ha jugado todo. “Es el capitán sin brazalete”, dicen desde La Coruña.
Al margen de los datos, ¿cuál ha sido el arraigo a la categoría de un delantero de (sin duda) otra Liga? “Está muy involucrado con todo lo que pasa en el club”, analizan desde La Coruña. Y, para muestra, su última aparición (que fue en el día de ayer ante los medios): “La deuda del Deportivo con su afición es tan grande, que no sé si nos quedarán suficientes años de vida como para solventarla. Tenemos que trabajar como lo estamos haciendo y devolverle el cariño que nos dan, tantos esfuerzos, y dar una buena imagen y que estén orgullosos de las victorias que se puedan dar. Y al final de la temporada poder disfrutar del ascenso”. “Ese es su objetivo desde que llegó aquí”, analiza Pedro Barreiro (La Voz de Galicia).
Deportivamente el balance que se hace desde Riazor es el siguiente, en medio de en qué puesto le debe de poner Cano (generalmente lo utiliza de punta de lanza y no de enganche, que “es su sitio”): “Aquí se pensaba que iba a llegar a meter tres goles todos los días, a dar dos asistencias, y que con él el Depor iba a ganar todo. Está claro que eso es imposible que sucediera. A partir de ahí, él ha aportado siempre. Ha jugado todo y está mostrando una versión que aquí no conocíamos en otras etapas, es un jugador mucho más maduro y no tan arrebatado, que era la versión que conocíamos”.
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