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Los jugadores del Real Madrid, con el trofeo de la Supercopa TWITTER RFEF
El Real Madrid conquista la Supercopa en Arabia (0-2)

El Real Madrid conquista la Supercopa en Arabia (0-2)

Los tantos de Modric y Benzema, de penalti, le sirven para superar a un Athletic que falló una pena máxima

Domingo, 16 de enero 2022, 23:19

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El Real Madrid se proclamó campeón de la Supercopa de España este domingo al vencer (0-2) al Athletic Club en la final celebrada en el Estadio Rey Fahd de Arabia Saudí, primer título del curso que sirve a los blancos para saborear las mieles del éxito que le fueron esquivas el pasado curso.

El regreso de Carlo Ancelotti esta campaña se traduce en un trofeo a las primeras de cambio, que llegó desde la comodidad que dio al Madrid la posibilidad de ejercer su superioridad esta temporada en Liga. Modric y Karim Benzema, de penalti, un gol en cada parte, dieron la duodécima Supercopa nacional al cuadro blanco.

El Athletic, que defendía título, no encontró resquicio en el buen partido de su rival, pero tuvo la opción de cambiar el guion en el último minuto. Un penalti y expulsión de Militao en el minuto 89 parecía premiar la insistencia vasca, pero Raúl García topó con el meta Courtois en la pena máxima para hacer de nuevo campeón a un Madrid que la pasada campaña se quedó en blanco.

Los de Ancelotti demostraron en el mejor escenario posible que tienen recursos y que no mandan en la Liga por casualidad. El técnico italiano tiene un equipo fiable, que no solo disfruta corriendo a la contra. Los madrileños necesitaron además esa buena versión porque el Athletic fue el de las grandes ocasiones, al menos en ganas e intensidad, aunque le faltó ataque.

Los ‘leones’ presionaron arriba y también se defendieron con garra, obligando al Madrid a probar mucho centros laterales. Vinicius estuvo desconectado del partido pero Rodrygo, Lucas Vázquez y Modric se aliaron bien por la banda derecha. Benzema y Casemiro dejaron los disparos que inquietaron más a Unai Simón. Los de Marcelino buscaron bien las carreras de Iñaki Williams y Sancet estuvo también muy activo, sin trabajo para Courtois.

El desgaste de los vascos obligaba al Madrid a estar fino con el balón y el equipo de Ancelotti, el de la famosa contra, también sabe hacer eso igual de bien. El meta belga empezó la jugada que, tocando rápido para superar líneas de presión, condujo bien Rodrygo hasta el pase atrás que Modric mandó a la red. El croata saboreó por fin el gol que se le resistió sobre todo ante Getafe y Valencia.

Sancet tuvo la última, quizá la mejor, al borde del descanso, cuando Nico Williams ya calentaba. Como ante el Atlético, los de Marcelino apelaron a la remontada con el mismo cambio, esta vez ya en paso por vestuarios, pero el penalti que supuso el 0-2 fue una losa en la reanudación. De nuevo el Madrid sacó el balón desde atrás hasta el disparo esta vez de Benzema, que topó en la mano de Yeray.

Al colegiado le costó decidirse en el VAR, no era una jugada fácil, pero el balón tocaba la mano. El propio ariete francés no falló la pena máxima y al Athletic se le esfumó parte de su ilusión. El Madrid controló bien la final, sabiendo incluso que tendría huecos para ahora sí aprovechar su velocidad. Raúl García entró para ser la nueva referencia bilbaína y la insistencia fue el arma de los de Marcelino, mientras los de Ancelotti reculaban.

Raúl tuvo dos buenas ocasiones y el Madrid perdió demasiado de vista el balón, encerrado ante la peligrosa fe de los ‘leones’, renovados además en los cambios para seguir apretando. En un centro de Yuri y remate del navarro, la mano de Militao trajo un nuevo penalti, con la expulsión además de defender madridista. La final parecía guardarse un giro interesante pero Courtois lo impidió.

El meta quiso su cuota de protagonismo como la viene teniendo en lo que va de temporada. En el Madrid son muchas cosas las que funcionan y en Arabia Saudí salieron a relucir para volver a ser campeones. El Athletic se marchó con la cabeza alta y con el sabor amargo de no tener esos 4 o 5 minutos finales de asedio en busca de la prórroga por culpa de un pie salvador de Courtois.

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