El Barça se queda a un suspiro de Múnich

El Fútbol Club Barcelona quedó eliminado este martes de las semifinales de la Liga de Campeones tras caer por 4-3 frente al Inter de Milán en un partido de vuelta tan vibrante y loco como el de la ida. A pesar de una remontada espectacular que lo llevó de un 2-0 adverso a un esperanzador 2-3, el equipo de Hansi Flick —superado en el tramo final por el desgaste físico y mental— no pudo contener la reacción interista, que forzó la prórroga en el último minuto del tiempo reglamentario y sentenció el pase con un gol de Davide Frattesi.

La eliminatoria, con un global de 7-6 para el Inter, estuvo marcada por el vértigo y la emoción. El Giuseppe Meazza fue el escenario de una batalla futbolística en la que el Barça dominó por fases, pero pagó caros errores puntuales y la falta de contundencia defensiva. El conjunto italiano, guiado por un milagroso Lautaro Martínez —que jugó y marcó pese a su supuesta baja—, se adelantó en el marcador tras aprovechar una pérdida de balón y luego amplió la ventaja desde el punto de penalti, tras una falta de Pau Cubarsí revisada por el VAR.

El Barça, lejos de venirse abajo, respondió con carácter en una brillante segunda parte. Eric García y Dani Olmo igualaron el marcador con dos goles que reflejaban la fe blaugrana, y Raphinha culminó la remontada con el 2-3 en el minuto 87. Parecía consumarse el milagro, pero Acerbi, casi sin que el Inter lo mereciera, empató en el 89' con una acción muy protestada por los jugadores del Barça.

Con las energías ya al límite, la prórroga se convirtió en un suplicio para un equipo joven y exhausto. En la primera jugada de peligro, Frattesi cazó un balón suelto en el área y firmó el 4-3 definitivo. Sommer, imponente bajo palos durante toda la eliminatoria, volvió a ser clave al evitar el empate en varias ocasiones, especialmente ante un incisivo Lamine Yamal.

El Barça lo intentó hasta el final, fiel a su estilo, pero acabó derrumbado por su propio esfuerzo, por un rival más entero físicamente y por detalles que marcan diferencias a este nivel. Se despide de la Champions con la cabeza alta, pero con la sensación amarga de haber estado a minuto y medio de una final que parecía suya. Ahora, al equipo catalán le queda centrarse en LaLiga, donde aún pelea por el título.