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Una desfile amenazado por la lluvia

Una desfile amenazado por la lluvia

La climatología permite finalmente el recorrido de la Octava del Corpus por Miróbriga en una mañana de rosas, tomillo y cánticos en la que finalmente salió el sol

CASAMAR

Domingo, 10 de junio 2018, 23:20

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Como viene siendo tradición, una semana después de la celebración del Corpus en Ciudad Rodrigo, los devotos y fieles mirobrigenses se reunieron en la mañana del domingo para la Octava del Corpus, una cita en la que los pequeños que han tomado la primera comunión salen en procesión junto al Santísimo por las calles de la localidad, haciendo parada en los distintos altares dispuestos por el municipio. Las procesiones sacramentales de este año estuvieron desde un primer momento amenazadas por la lluvia en Miróbriga, aunque finalmente los cielos grises y el fuerte viento permitieron pasear al Santísimo como estaba programado. Poco después del mediodía, los vecinos del Arrabal del Puente ultimaban ya la misa dominical y abrían las puertas de su parroquia para caminar, entre cánticos y pétalos de rosa, las calles perfumadas de tomillo.Junto a ellos, los miembros de la parroquia de El Salvador, quienes -como ha ocurrido en años anteriores- celebraron la misa en el templo del colegio de las Misioneras de la Providencia para luego dirigirse en procesión al barrio de Las Canteras. Este trayecto, liderado por el párroco José María Rodríguez-Veleiro, hizo parada en los distintos altares callejeros donde los más pequeños y también los bebés presentes recibieron la bendición del Altísimo. Fue en el último de los altares, justo a la entrada de la iglesia, donde sucedió la anécdota del día al lanzarse los integrantes a cantar el cumpleaños feliz al ayudante del párroco, "Manel", y a otra niña de la procesión, dando así por finalizado el trayecto.Por otro lado, los feligreses de San Andrés tampoco se quedaron sin la celebración de la Octava del Corpus y, pese a tener un recorrido más corto que el resto de parroquias locales, tras la misa hicieron parada en los diferentes altares acabando en el situado justo enfrente del templo, un colorido rincón donde colocaron a los bebés presentes para recibir la bendición.

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