Un foco de gripe aviar en Sanchidrián y otro en Ávila elevan a 10 los detectados en Castilla y León

En Gilena se trataba de una explotación de gallinas reproductoras de multiplicación de producción de huevos para incubar, con un censo de 16.000 ejemplares, que se sacrificarán, igual que se ha inmovilizado de forma preventiva de la incubadora destinataria de los huevos que producía la granja.

La granja de Viso de Alcor, que se encontraba en un foco de restricción, tenía 600 gallinas camperas. Y el otro brote, el de la explotación de Niebla, ha obligado a sacrificar 32.500 pavos. Aunque el posible origen de los tres focos está bajo estudio, las primeras investigaciones apuntan a las aves silvestres como fuente del contagio.

En Castilla y León con los últimos confirmados, son 10 los casos de gripe aviar desde enero: siete en Ávila, todos en aves silvestres, -además de los mencionados, en Lagunas del Oso, El Bohodón, Donjimeno, Palacios Rubio y Hoyo de Pinares- , uno en Palencia y dos en aves domésticas, en una granja de Fuenterrobollo (Segovia) y en otra de Íscar. En España la provincia más afectada es Huelva con cinco focos pero cuatro de ellos en granjas de aves domésticas.

Los focos detectados hasta ahora han llevado al sacrificio de unas 320.000 aves en granjas de España, lo que,, supone el 0,04% de la producción anual y de censos que tiene el sector a nivel nacional. El sector avícola español cuenta con un censo de 47,1 millones de gallinas ponedoras (2020) y sacrificios anuales que rondan los 800 millones de aves para carne.

La influenza aviar es una enfermedad viral altamente contagiosa pero hasta el momento el subtipo H5N1, que es el que durante los últimos meses afecta a Europa, tiene una capacidad muy reducida de transmitirse a personas. No obstante, el Ministerio recomienda minimizar el contacto innecesario con aves que muestren síntomas clínicos o se encuentren muertos. El virus no puede ser transmitido al hombre a través de carne de ave cocinada, huevos o productos procesados derivados. Los expertos confían que el descenso de aves migratorias en primavera disminuya el riesgo.