¿Y ahora?

Sobró violencia y faltó una disculpa por parte de los ganaderos. Es así. Aunque moleste. Pero es que el ganadero no es como se le vio ayer. Es una pena que la imagen de un sector que es el de las tractoradas, el de los aplausos, el del trabajo, quedara manchado por una violencia desmedida, inusual. Sí, hoy la protesta saldrá en los programas de máxima audiencia, es verdad, pero ahora van a tener que hacer un notable esfuerzo los representantes de la Plataforma para intentar hacer comprender que lo que se vivió -y verán los espectadores mientras son entrevistados- es fruto del hartazgo de un sector que está cansado de que no se le escuche. Es verdad que es muy triste tener que llegar a estos extremos para que se les tenga en cuenta después de meses de protestas pacíficas que acababan con la promesa, por ejemplo, de una reunión con Planas que nunca ha llegado. Lo único que marcó el ministro fue el 155, lo que crispó más al sector, que se siente ninguneado. Pero los ganaderos no son así. Y no se entendió bien la protesta contra la Junta cuando justo es la Junta la que se ha puesto de parte del ganadero.