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Campo de girasoles en una parcela próxima a Carrascal de Barregas.
Motivos para el optimismo con el girasol en Salamanca

Motivos para el optimismo con el girasol en Salamanca

Los agricultores creen que habrá buenos rendimientos a pesar de los problemas de nascencia de algunas zonas y de los fuertes ataques de “rosca” que obligaron a resembrar

Lunes, 13 de julio 2020, 22:22

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La cosecha de girasol avanza a buen ritmo en la provincia donde los campos comienzan a teñirse de amarillo. Los agricultores salmantinos son en general optimistas con la próxima producción de pipas, aunque le pongan algún “pero” por algunos problemas detectados durante la nascencia.

Así lo confirma Antonio Luis Sánchez, productor de Carrascal de Barregas, y muy reacio a hablar de “cosechón” a pesar de las buenas sensaciones: “Tenemos una parte del girasol que se sembró en un primer período y que esta muy bien, pero también tenemos otra que tuvimos que sembrar después de un tiempo de parón por las lluvias donde han nacido menos plantas”, lamenta.

También para José Manuel Cortés, presidente de COAG Salamanca y productor de Parada de Rubiales, la próxima cosecha se presenta “muy bien” a pesar de los ataques de “rosca” que hubo durante la nascencia y que obligaron incluso a los productores a resembrar algunas parcelas en la provincia. “Las tierras que lograron sobrevivir a los ataques porque fueron tratadas a tiempo están muy bien. En general este año esperamos una buena cosecha”, asegura.

A la espera de lo que ocurra con la meteorología en las próximas semanas, los agricultores están pendientes en este momento de los movimientos que haya en Andalucía donde empezarán a cosechar en quince días. “Con lo que ocurra allí tendremos una idea de lo que pasará aquí, aunque los precios en los últimos años han estado bastante estabilizados”, afirma el responsable de COAG en Salamanca.

En la última campaña, el girasol se estrenó en la Lonja de Salamanca a 390 euros la tonelada, en el caso del alto oleico, y a 315 el linoleico. La cosecha del pasado año fue escasa debido a la sequía, lo que hizo que los rendimientos bajaran en algunas parcelas de la provincia hasta los 500-600 kilos por hectárea, la mitad de producción de lo que se obtiene en un año considerado normal.

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