Los sabios refranes de esta referencia salmantina para la gente del campo

Ahora, por ejemplo, está convencido de que va a volver a llover pronto porque desde sus años de experiencia en la observación se fía especialmente de un refrán: “Hielo sobre lodo, agua sobre todo”. “Es de los que fallan muy poco”, dice.

Este año le gustaría también que se cumpliera el de “si truena en febrero, buen trigo, buen centeno y buena fruta de vareo”, porque hace 15 días “apuntó” tormentas.

Ramiro aprendió la observación de su abuelo, que era un entusiasta de las cabañuelas y de él recuerda, por ejemplo, que cada 1 de agosto levantaba un canto y si tenía humedad, la sementera iba a ser temprana. Luego de un sitio y de otro, y también de su experiencia con el cultivo de una viña, ha sumado experiencias.

En cuanto a las nubes, Ramiro recuerda que se dice que “si son picudas, va a apedrear y si las de tormenta están “desblanquinadas”, son de granizo”. Otra observación: “Cuando en el poniente hay como una ampolla, como un arco iris redondo, en 48 horas va a llover”.

No le extraña, por ejemplo, este febrero de cambios de temperatura porque “en febrero un rato al sol y otro al humero” y “en febrero saca la lengua el perro”.

Sobre si helará en mayo, Ramiro mantiene que es raro que no hiele por la Santa Cruz -3 de mayo-, así que alimenta los temores de los agricultores ahora que la cosecha está tan adelantada.

Él está atento al viento porque “viento solano -donde nace el sol- agua en la mano”. Pero advierte que ocurre en invierno pero no en verano. “Muchas veces se dice: qué raro que este aire muera machorro y con eso se quiere decir lo extraño de que no saque agua”, cuenta Ramiro.

Sí se fía de la luna -”la luna de octubre siete lunas cubre” y también de que si es bueno el 25 de enero -Conversión de San Pablo- será bueno el año entero. Si es bueno entendido como “que se pueda salir”. Este año en Salamanca hubo 12 grados de máxima y 8 de mínima.

De todas formas Ramiro cada vez es más de la idea de que “debería llover salteado”, porque con la diversidad de cultivos lo que es bueno para unos no lo es para otros.

Para ver si llega el agua, él apunta a que nos fijemos en las “babas de buey” -’telitas de araña’-; o en si se bañan los gorriones o en si el sol “tiene cara de agua”, es decir, en si está descolorido. O en la “vaca esoyá”, que es el nombre que reciben las rojeces de la puesta de sol. El maestro sigue enseñando.