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Sábado, 25 de enero 2020, 12:22
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La industria cárnica de Guijuelo y su entorno trabaja estos días a pleno rendimiento con una media más de sacrificios más altas de lo habitual, que ya suele ser elevada en ocasiones anteriores. Si en campañas de bellota pasadas el momento de más intensidad llegaba en febrero, parece que este año la tendencia a matar más en enero es mayor para no llegar a febrero ajustados con las fechas. Y es que, como explica Javier Benito, presidente de la Asociación de Industrias de la Carne de Guijuelo, los industriales “corren a matar por el temor a la fecha límite” para las certificaciones. “El año pasado se cerraba el 28 de febrero y dejaron algún día más si se comprobaba que había bellota suficiente. Está todo colapsado, mataderos, salas de despiece... Y en esta época no hay día flojo”, añade el industrial.
Se trabaja a pleno rendimiento y, según los datos aportados por los propios mataderos, la pasada semana se sacrificaron cerca de 10.000 cerdos de bellota más que los mismos días de enero de 2019. Un incremento notable que viene marcado, además, por traer cerdos más gordos y de más edad, tal y como exige la pureza del 100% para que los cerdos estén bien hechos; una tendencia que está creciendo esta campaña.
Se da la paradoja de que los industriales corren a matar en un año de mucha bellota por todas las zonas productoras, ya sea Salamanca, Extremadura o Andalucía. No hay fecha límite este año para el cierre de las certificaciones, pero dada esa cantidad de bellota, la industria confía en que se prolongue algo más del 28 de febrero del año pasado.
La actividad en los mataderos en Guijuelo es muy intensa y trabajan a pleno rendimiento. De hecho, ya hay alguno en el término de Guijuelo que va a matar hoy para desatascar lo máximo posible la lista de espera. La actividad sigue de noche y de día ya que, tras la labor del matadero, llegan los camiones frigoríficos para el reparto de las canales por las salas de despiece y los camiones con nuevas jaulas de cerdos para sacrificar a la jornada siguiente. Tal es la intensidad, que algunos días llegan a juntarse más de una docena de camiones esperando para descargar en los corrales.
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