India cierra la exportación de trigo y complica el abastecimiento mundial

El ataque a Ucrania y el bloqueo del puerto de Odesa han hecho que los países hayan tenido que buscar en estos últimos meses mercados alternativos para abastecerse, mientras que otros directamente han apostado por prohibir las exportaciones de cereal.

Uno de los últimos países en sumarse a esta ola de “proteccionismo alimentario” ha sido India, que acaba de prohibir la venta de trigo con el argumento de que la seguridad alimentaria de la nación está hoy amenazada.

A pesar de que se esperaba la ayuda de India para reducir la escasez de trigo (es el segundo productor mundial por detrás de China) el país ha decidido hacer lo contrario y cerrar sus fronteras.

El ataque al considerado como “granero de Europa” ha puesto también en evidencia la dependencia que tiene España de otros mercados, especialmente en productos como el trigo y el maíz, y ha disparado además todas las alarmas ante un posible problema de desabastecimiento. De hecho, España es un importador neto de cereales, con un déficit estructural medio en la balanza comercial de las últimas cinco campañas de 14,7 millones de toneladas, según los datos del Ministerio de Agricultura.

Si la situación en este momento es compleja, el mercado de futuros tampoco es mejor para las materias primas y algunos expertos prevén que el trigo no bajará de los 300 euros hasta enero de 2023.

La amenaza ante un posible problema de desabastecimiento ha llevado también a España a tomar medidas urgentes, como la flexibilización temporal de los requisitos fitosanitarios para la importación de cereal de países como Argentina o Brasil, o la posibilidad de cultivar tierras en barbecho que ayuden a aliviar el déficit que existe.