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El paisaje cerealista en la provincia de Salamanca luce espléndido tras un invierno sin falta de lluvias y un comienzo de primavera lluvioso.
Estos días sin lluvia han sido tomados por los agricultores como una tregua que deben de aprovechar intensamente para acelerar las labores que harán posible los regadíos. Se puede ver la maquinaria en acción sobre todo en las parcelas que serán regadas por los canales y por los sondeos.
Labradores como Francisco Hierro Pescador, de Aldeaseca de la Frontera, que heredó de su padre el oficio, están contentos por el buen estado del campo, a la vez que no se olvidan de rogar a San Isidro por lluvias en mayo, porque como dice el refranero popular, «abril y mayo hacen el año». Hay otro factor menos dependiente del cielo y fundamental para que el resultado final sea satisfactorio y que preocupa mucho a los profesionales del campo, se trata del precio que percibirán por sus cosechas.
«Estamos preparando para sembrar girasol y ya estuvimos preparando y sembrando patata», detalla este agricultor. En su caso ha optado por mantener la superficie dedicada al cultivo de la patata, como cabecera de una rotación en la que combina el regadío con el secano.
En breve empezará a enterrar las pipas de girasol convencional con su sembradora de precisión. Este agricultor no ha optado por variedades de alto oleico que a la hora de la cosecha suelen tener un precio algo más elevado. No obstante hay profesionales que ven más rentable la otra opción.
Estos días se pueden ver tractores pasando cultivadores, arando a vertedera, y preparando el terreno para las siembras de primavera. A su vez hay quienes están sembrando patatas, girasol y maíz en la zona de regadío. Por otro lado también se pueden ver tractores con grandes abonadoras fertilizando el terreno y otros con sulfatadoras realizando tratamientos fitosanitarios. Cada vez es menos sorprendente ver drones fumigando los campos.
También se empiezan a ver activos los primeros riegos, sobre todo de maíz y algunas remolachas. «Hace años que dejamos de sembrar remolacha porque no la pagaban como Dios manda y el campo tiene muchos costes y luego los productos como que no valen dinero», anota Francisco Hierro.
«Ahora es la época de sembrar girasol, depende mucho de la nascencia, esperamos que nazca bien porque la tierra tiene mucha humedad», indica. «Luego esperemos que llueva un poco a mediados de mayo», añade. «La última semana de abril y la primera de mayo son las mejores para sembrar girasol, es la época ideal», opina.
El buen aspecto de los cereales es la nota más positiva en estos momentos para los agricultores del secano. «Hablando de cebadas, avenas y trigos, cereales en general están muy bien presentadas», detalla. «El forraje, es decir, los guisantes, vezas y demás están muy buenas también», anota. En su caso este año han sembrado vezas, se quedaron con ganas de sembrar garbanzos, pero por las continúas lluvias se les ha hecho tarde, por esa razón completarán ese terreno con girasol.
«Es fundamental que acompañe el precio», indica. «No es posible que estemos cobrando por el kilo de trigo menos que cuando vendía mi padre las cosechas», reclama a la vez que alude a los incrementos de todos los insumos.
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