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Cosecha unas 5-6 hectáreas a la hora. Ayer, en Tordillos.
La cosechadora descarga en el remolque: se nota el poco peso.

El quebradero de cabeza de José Antonio Blázquez, agricultor de Tordillos: ‘La cebada está mal y el trigo, peor’

El protagonista es de los primeros que ha comenzado a cosechar y en la zona de Tordillos, en tierras de 3.000 kilos por hectárea, obtiene 2.000

Miércoles, 15 de junio 2022, 12:10

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José Antonio Blázquez es de los primeros salmantinos que ha empezado a cosechar. Había cosechado algunas hectáreas desde el viernes, pero desde este lunes ya está a tope. Sus impresiones no son buenas sobre la cosecha. “La cebada está mal: estamos cosechando las tierras mejores y nos dan unos 2.000 kilos por hectáreas las que otros años podían estar en 3.000. Si esas son las buenas, las peores pueden estar en los 1.000 kilos por hectárea”, dice. Del trigo, aunque no ha entrado, espera aún menos. “Parece que incluso está peor que la cebada, pero habrá que verlo”.

José Antonio no llega a los 40 años pero toda su vida ha cosechado para otros. De hecho, en su pueblo, Tordillos, su padre, Jacinto, fue de los primeros que se compró cosechadora allá por 1968. “Era amarilla, muy pequeña y sin cabina. Todo el polvo te venía cuando cosechabas y él se pasaba dos meses de campaña”, recuerda. Ahora invertir en una cosechadora supone un desembolso, mantiene, próximo a los 300.000 euros y, con capacidad para recoger entre 5 o 6 hectáreas a la hora, la campaña de cereal termina en Salamanca en un mes desde que empieza. En el caso de José Antonio a partir de ayer dio ese pistoletazo de salida que le llevará a superar las 1.000 hectáreas de cosecha, sobre todo en la zona de Peñaranda, con jornadas en las que la máquina no para durante las 24 horas gracias a que se puede turnar con otro compañero. “Es un mes en el que la máquina trabaja y 11 en los que está parada -cuenta- por eso tenemos que aprovechar”.

“¿Qué si nos compensa? Nos tiene que compensar porque lo que no podemos es trabajar para no ganar nada o incluso perder dinero. Este año hemos intentando trasladar lo menos posible el coste al agricultor, porque tampoco está cogiendo grano, pero es que no podemos trabajar por amor al arte”, señala. Prefiere no decir cuánto cobra por hectárea al agricultor este año.

“Lo que hacemos es dedicarnos a la cosechadora, pero yo también tengo dos granjas de cerdos y tengo también tierras. Ahora mismo necesitas invertir muchísimo para luego recoger a lo mejor muy poquito”.

Como a primera hora ha empezado con una parcela suya, su compañero acaba de llevarse un nuevo remolque de grano. “Aún en eso notamos que la cosecha es mala -cuenta José Antonio- porque un remolque pesaba 20 toneladas de cebada y este año se está aquedando en 16 o 17 porque el peso específico es bajo. Si lo bueno sale a 2.000, lo regular o lo malo no lo quiero ni pensar”, dice.

Lo que sí ha notado José Antonio es la menor competencia

Antes subían cosechadoras de Andalucía o de Extremadura pero ahora cada vez son menos “porque no hay relevo: ni para la agricultura ni para llevar una cosechadora. Tú no le puedes decir a un joven que invierta 200.000 o 300.000 euros en una cosechadora y que luego esté en ella 16 horas, porque no lo quiere. Venían cosechadoras de Sevilla a un pueblo de al lado pero ya ni vienen, y eso que eran dos o tres. Lo que está pasando es que el agricultor se jubila y ahora mismo como no hay relevo, las tierras no se cultivan como antes. Es un grave problema”, dice.

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