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Marcos Cortijo es un agricultor joven que después de estudiar dos carreras decidió vivir del campo convencido de que con el regadío de La Armuña era viable. Hace dos años que invirtió ya en 7 pivots para regar sus tierras, seguro de que ya tendrían agua. El año pasado no fue posible y ahora, de momento, tampoco.
La Confederación Hidrográfica del Duero -CHD- no da fecha para inicio del riego y se remite a que junto a Iberdrola “están trabajando para finalizar toda la tramitación técnica y administrativa que es necesario cerrar para proceder a la cesión de la infraestructura” de la subestación. Esta obra de la CHD que permitirá el suministro eléctrico estaba prevista para 2018 pero se retrasó y pospuso hasta febrero de 2021. La CHD tuvo que modificar el proyecto y luego se encontró con problemas de suministro y fabricación de elementos . El pasado 13 de marzo la CHD anunció que había finalizado la obra de la subestación y luego su presidenta, María Jesús Lafuente, aseguró que, si no surgía ningún imprevisto, se podría disponer de agua esta campaña de riego.
La consecuencia para Marcos de la espera es que después de una inversión tan alta, de pagar los avales para la construcción del canal y de empezar a final de este año con la amortización -algo que ve como inviable dada la actual situación-, el cereal que ha sembrado se está secando, con el agravante de que este año, convencido de que el riego iba a ser realidad, no contrató el seguro de la sequía. “Lo tengo todos los años pero no lo hice porque me aseguraron que iba a regar”, dice. “Vemos que se seca todo y este año sería una buena oportunidad para poder probar el regadío porque todos regaríamos. En cambio, si no tenemos agua hasta dentro de un mes, más de la mayoría de los hidrantes no se probarán”, advierte.
En su caso tiene sembradas casi 150 hectáreas de secano y otras 40 de patatas, que defiende gracias a los sondeos. “No nos arriesgábamos a sembrar cultivos de regadío por si fallaba, pero se iba a probar desde pronto”, insiste. “Y no es que esto de La Armuña sea cuestión ahora de un papel y de agilizarlo en 3 meses -dice- porque nosotros llevamos esperando por el regadío ya casi 2 años para ponerlo en marcha y hay gastos hechos en agricultura y en la obra. No es que ahora vayan deprisa, es que alguien tiene que ser el responsable de ese retraso de años cuando los perjudicados somos los agricultores. No es tema de agua porque tenemos el azud lleno para regar.”
Marcos denuncia que para los agricultores todos son gastos del regadío de La Armuña. Además, al no regar, advierte de que transcurre tiempo del periodo de garantía de obras sin que se haya probado el regadío. “Estamos en un año en el que ni siquiera el girasol nace sin regarlo”, señala, y mantiene que cada día que pasa sin agua, es perder la cosecha. “Hoy en día sembrar cereal sin garantizar que lo puedas regar es perder el tiempo por los costes”. “Con darle ahora 2 ó 3 riegos a lo mejor parte del cereal se salvaba”, advierte este agricultor de Cantalpino.
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