El jamón serrano brasileño con nombre de ‘Salamanca’ que va camino de desaparecer
El Ministerio de Agricultura está trabajando en que dicho alimento reciba una Indicación Geográfica Protegida
Que en Brasil se elaborara jamón serrano dio definitivamente la voz de alarma. Una empresa, que además lleva el nombre de ‘Salamanca’, publicita en ese país su jamón como serrano y lo ‘vende’ como el ‘auténtico jamón español’ producido en Brasil.
Pero es que no es solo allí donde se vende jamón serrano, también en otros puntos de Latinoamérica y también cada vez más en Europa, sobre todo en Francia, Italia y Portugal. La catalogación de Especialidad Tradicional Garantizada -ETG- protegía el uso del jamón serrano en cuanto a su calidad pero esta distinción no está ligada al origen, de ahí que el Ministerio de Agricultura iniciara la búsqueda de una protección -la Indicación Geográfica Protegida- que sí garantiza que solo puede ser jamón serrano el producido en España.
Este martes en el Boletín Oficial del Estado el Ministerio de Agricultura confirmó que ya se está en la fase final para lograr la IGP al publicar la decisión favorable para anular la Especialidad Tradicional Garantizada -ETG- Jamón Serrano y confirmar que se continúa con el registro de la Indicación Geográfica Protegida, a pesar de que este paso dado ha dividido al sector jamonero español.
Proceso
El Gobierno inició los trámites de la IGP después de la petición de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España -ANICE- y de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas -FECIC- por casos como el de los jamones serranos ‘Salamanca’ brasileños. Pidieron la IGP para reforzar la protección jurídica de este producto porque limita a España su producción y concede el derecho de propiedad intelectual sobre el nombre “jamón serrano”.
La IGP, de concederla finalmente Bruselas, protegería a todo el jamón serrano del territorio español -salvo Ceuta y Melilla-. La idea de solicitarla surgió después de comprobar cómo Bruselas concedía a figuras de protección genéricas, como a los “quesos de Holanda”, la posibilidad de abarcar el territorio, algo que no existía cuando en 1995 el sector dio los primeros pasos hacia la ETG, que vio entonces y por este motivo como único camino.
Sin embargo, parte del sector ha mostrado una fuerte oposición a la concesión de la IGP, especialmente las IGPs “Jamón de Trévelez” y “Jamón de Serón”, que consideran que esta iniciativa devalúa las figuras de calidad porque iguala los jamones serranos. También ha mostrado su oposición la Asociación Española de Denominaciones de Origen, contraria a que incluya la totalidad del país. Y, entre otros, Portugal, que considera que España no puede apropiarse de un nombre genérico.
¿Y ahora?
Una vez contestadas las alegaciones, el Gobierno enviará a Bruselas el documento que abrirá un nuevo plazo, en principio de tres meses. En este punto el temor del sector del serrano favorable a la IGP es la oposición de países que llevan años elaborando jamón serrano y que defienden ya que fabricarlo es un derecho adquirido y también que pueden utilizar un término genérico.
A esto se une que en esta última fase la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas ha cambiado de opinión y ha presentado recurso, según publicaba El Economista, aunque no ha aclarado los motivos. Uno de los argumentos del Ministerio para seguir adelante era que ANICE y FECIC representan al 95% de los productores.
En España hay en torno a 600 empresas que elaboran jamón serrano, con unos 20 millones de piezas al año, y que se beneficiarían de la Indicación Geográfica Protegida.