El futuro de la remolacha, de nuevo amenazado
Los agricultores piden prórroga para el uso de determinadas sustancias para el control de plagas | Si no accede el Ministerio, peligran las 1.192 hectáreas que quedan en Salamanca

La sentencia por la que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea excluye el uso de neonicotinoides para semillas de remolacha pone en jaque la supervivencia del sector, ya muy golpeado por las reformas del azúcar. De hecho, en el caso de Salamanca era un cultivo fuerte hace 20 años, con 6.086 hectáreas en la campaña 2003-2004 y en la actual, aún sin finalizar, son solo 1.192, en total 250 menos que hace un año.
Ante esta situación, las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, además de la Asociación de Fabricantes de Azúcar de España y la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales han solicitado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación una prórroga en el uso de este producto. En un escrito dirigido al director general de Producción Agraria, Valentín Almansa, advierten de “graves consecuencias” si se revoca la autorización excepcional y temporal al uso de determinadas sustancias para el control de plagas. Señalan que la semilla ya está tratada y distribuida, con la siembra ya finalizada en el sur y a punto de comenzar la de la zona norte. Además argumentan que ya hay muchos contratos firmados y aplicar el nuevo criterio “sería terriblemente lesivo para agricultores, industria y semillistas”. Esta sentencia, dictada el pasado 19 de enero, llega además en un momento en el que los agricultores deben decidir si solicitan o no ayudas agroambientales, que implica un compromiso de siembra de 5 años.
Francia ya ha anunciado que no concederá una nueva excepción al uso de neonicotinoides y se ha comprometido con los agricultores -para los que pondrá en marcha un plan de apoyo- a que los países europeos tomarán la misma decisión.
Pedro Jesús Blázquez, presidente de la Remolachera Salmantina, señala que el agricultor tiene muchas dudas sobre si comprometerse 5 años más a sembrar con este nuevo varapalo. “Había demanda pero ahora la gente se lo piensa”, explica.