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Beatriz Zurdo ordeña a sus ovejas. JORGE HOLGUERA

La educadora infantil que dejó Madrid para ordeñar ovejas en Salamanca: «Fue un poco shock»

De abuelos ganaderos, de los 13 nietos ella es la única que se dedica a la ganadería. Beatriz Zurdo prefirió dejar su trabajo en una guardería para vivir del campo en Cantalapiedra. Ahora será vocal en la Lonja

Susana Magdaleno

Salamanca

Viernes, 24 de mayo 2024, 20:01

Se llama Beatriz Zurdo, se crió en Madrid, estudió Educación Infantil, encontró trabajo en una guardería y cuando le llegó el momento de decidir, optó por dejarlo para vivir su sueño de tener una ganadería. Y no una ganadería cualquiera. Beatriz tiene ovejas de leche que ordeña cada día a las 6 de la mañana y a las 5 de la tarde, y así todo el año. Si tiene suerte y le van a ayudar su madre o su marido, del primer ordeño puede acabar a las 11. Cuando ha terminado puede estar ya subida en el tractor para sacar la basura de la nave.

Tiene 400 ovejas de raza assaf en Cantalapiedra y su gusanillo le viene por proceder de familia ganadera que tuvo de todo, desde vacas, hasta cabras pasando por ovejas y cerdos. Si ella eligió las ovejas fue porque «las he visto toda la vida», cuenta, y también porque mantiene que cualquier ganadería obliga a estar pendiente.

Cuando comunicó en casa que viviría en el pueblo con ovejas de leche reconoce que produjo «un poco de shock». Y también recuerda cómo su padre le preguntó si estaba segura de lo que quería. En ningún momento se plantearon quitarle la idea de vivir esta experiencia, que al final se ha convertido en la vida de Beatriz Zurdo.

Pese a todas las dificultades, le ve ahora, años después, las mismas ventajas a esta profesión que le animaron a tomar esta decisión: «Es verdad que no tengo a nadie que me diga qué tengo que hacer y me pongo los horarios, dentro de lo que son y que son los 365 días del año. Y luego hay épocas, porque cuando no hay paridera, es más tranquilo siempre dentro de lo que es todos los días».

Beatriz recuerda cómo cuando era pequeña venía de Madrid y se iba con sus tíos o sus abuelos con las ovejas. «Era una gozada ir. Recuerdo que nos llevábamos el bocadillo, la radio...» No duda de que ese recuerdo de entonces ha contribuido a que ella viva ahora de las ovejas de leche y también que en su casa siempre se trabajara el fin de semana, por lo que para ella no es nada nuevo.

Ahora Beatriz selecciona la raza assaf con el objetivo de entrar en la asociación y para ello la inversión es en ovejas procedentes de granjas de alta selección y en inseminación. Sus ovejas producen ahora entre 3 y 3,5 litros al día, con alguna que supera los 4. «Lo bonito es que veas que inviertes tu tiempo y obtienes unos resultados», dice.

Y también que se aprecie el producto, y ahora es uno de esos momentos en los que el precio de la leche de oveja está, por fin, «bastante bien», dice Beatriz, a poco más de un euro. «Lo malo es que arrastramos la crisis del año pasado, cuando nos costaba el doble la paja y la alfalfa», explica. De tener a alguien que trabaje con ella, ni se lo plantea, y su sueño es tener una quesería, «pero según está la cosa no puedes embarcarte». Una ganadería como la suya requiere una inversión que cifra en unos 300.000 euros, de ahí que no le sorprenda que alguien sin familia en este mundo no se pueda dedicar a ello. En su caso fue posible por la inversión inicial de su padre y que, al ser de familia de «manitas», han ido haciendo ellos «poco a poco» las infraestructuras.

Ahora Beatriz inicia una nueva andadura en la Lonja, donde está de suplente en la mesa de ovino. Su día a día también es la venta de corderos y le apasiona seguir las distintas lonjas. «No me explico -dice- cómo en Castilla y León tienen precios tan diferentes». «Al final los ganaderos estamos en manos de todo el mundo», señala en relación al precio venta de corderos o de la leche.

Acaba la entrevista y Beatriz vuelve otra vez al tractor, que a las cinco toca ordeño.

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