El alto precio de la paja hace agudizar el ingenio a los agricultores salmantinos

La paja se utiliza para la alimentación del ganado y como cama para los animales. El precio del forraje también se ha incrementado con respecto a campañas anteriores pero, aún así, algunos ganaderos ya lo utilizan como alternativa para cubrir camas de terneros. En la Lonja de Salamanca dejó de cotizar el extra el pasado 17 de julio, cuando su precio era de 280 euros la tonelada y hace un año aún figuraba en la Lonja en esta fecha pero más asequible, a 147 el forraje de veza.

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Los precios actuales han hecho que los ganaderos hayan optado por sistemas alternativos a la paja de cereal y recurran a la de colza como cama para los cebaderos y se vaya también a hacer paja de maíz. En el año 2017, con la paja de cereal también cara, se optó por esta opción y fue posible por la escasa humedad que tuvo entonces el maíz.

Todo, unido al precio del pienso ha hecho que agricultores den un paso más y conviertan el girasol en verde en forraje para el ganado.

El proceso nunca se había extendido tanto en Salamanca y consiste en triturar el girasol sin esperar a que se seque, desde el tallo hasta la cabeza y las pipas. De este modo pueden obtener una producción en kilos alta, muy superior a la de la cosecha de girasol, que suele situarse entre los 1.200 y 1.500 kilos por hectárea.

Otra de las opciones que están encontrándose en un año tan pobre de cosecha está siendo el recurrir a la cáscara de pino o al serrín de madera para las camas de los animales, especialmente en zonas como Galicia.

La paja de cereal se utiliza también como sustrato del champiñón o en plantas de biomasa para la producción de energía eléctrica. Se exporta sobre todo al norte de Europa.

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«Picamos el girasol con miras a la escasez de forraje»

Jerónimo Vega se dedica estos días a picar girasol pero también maíz, ambos con el mismo fin: tener más alternativas para alimentar al ganado. «Lo picamos con miras a la escasez que hay de forrajes», explica, «y con esto el ganado queda bien alimentado».

Explica que del girasol se pica todo en verde, desde el tallo a la cabeza, con las pipas, luego se hace la bola para el ensilado, fermenta y en 15 días ya este forraje se le puede dar al ganado. «Es digestivo y el girasol alto oleico le da mucha energía», señala.

En cuanto a la ventaja que puede encontrar el agricultor en no esperar a que se seque el girasol, Jerónimo -de Hijos de Vega Laso- señala que con este producto se obtienen entre 1.200 y 1.500 kilos por hectárea y de forraje desde los 9.000 a los 18.000 y al precio actual compensa.

Con el aliciente, indica que hay zonas en las que los pájaros se han comido parte del girasol y que también el agricultor si lo pica tiene antes a su disposición la tierra para labrarla el año siguiente.

La diferencia entre picar el maíz en verde y el girasol lo ve en el valor nutritivo, mayor en el segundo, aunque ambos forrajes los aprovecha todo tipo de ganado. Del alto oleico destaca su uso también para el porcino ibérico.

Este año y al precio que está la paja lo normal será que también se utilicen los restos de maíz cosechado para paja.