El agricultor reincidente: «No voy a entregar el maíz a este precio»
El agricultor Ángel Bonal se negó el año pasado a vender por 190 euros/tonelada y fue prácticamente el último de Salamanca en cosechar. No le importó y seguirá el mismo camino: «Somos unos pobrecitos»
La campaña pasada se negó a cosechar maíz cuando los demás, porque, si lo hacía, al venderlo con humedad el precio se le quedaba en ese momento en 190 euros la tonelada. Se negó y esperó más allá de marzo, hasta que necesitó quitarlo para sembrar. Lo guardó en la nave y no lo vendió hasta septiembre, obteniendo 229 euros la tonelada. «Si llego a vender cuando empecé a cosechar, lo habría vendido a los 232 que estaba en la tabla. Perdí algo por no vender pronto, pero…», comenta.
Este año, Ángel también está dispuesto a esperar lo que sea necesario. Tiene en Nuevo Amatos 70 hectáreas de maíz que sembró más allá de abril y, además, de ciclo largo. «Ahora mismo tienes que sacar 16.500-17.000 kilos por hectárea para que quede algo, y tienes que ir a por esos kilos de más que no te da un ciclo corto», señala.
Este agricultor, hijo de agricultores y que vivió tiempo en Suiza, tiene claro que no va a entregar el maíz al precio actual (214 euros/tonelada en la Lonja) y no lo hará, explica, porque con la desviación de grados actual estima que al agricultor le llega de media a 170 euros/tonelada. «El maíz tiene que venderse ahora mismo a 250 euros la tonelada para que quedemos regular», explica, «y las patatas, unas con otras, a 22 céntimos el kilo. Mucha gente se va a ir a la ruina y esto no puede ser. Los agricultores somos unos pobrecitos que tenemos que entregar a lo que sea, y eso no», indica, mostrando su indignación porque «le bajan 14 euros estando en los puertos más caro que aquí», dice en relación a la Lonja.
«Desde la pandemia los gastos se han disparado y ahí está el lío. Esto no va bien, y la gente al final va a ir dejando las tierras porque esto no puede ser», añade. Apunta a la mayor siembra de trigo «con gradas rápidas, que quede bonito y que tenga menos gastos».
Él no sabe cuándo podrá cosechar, porque depende del tiempo, y, aunque sabe que es difícil, pide mes y medio con calor «para guardarlo ya seco en la nave».
En relación a la producción, Ángel ve tierras con muchas diferencias: «Donde se riega un poco más, han salido menos kilos; donde se ha regado, a 22». Y advierte con ese ejemplo lo difícil que es regar: «Si siembras 170 hectáreas, dos se van a perder. Es muy difícil regar porque el tiempo no es siempre igual y, de una u otra forma, siempre nos coge el toro», señala.
El precio del maíz es el más bajo de mediados de octubre desde 2020: hace un año cotizaba a 235 euros la tonelada, 21 más que ahora.