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Gallardón, ejemplo de coherencia

Gallardón, ejemplo de coherencia

Alberto Ruíz-Gallardón dimite como Ministro de Justicia al conocerse que no saldrá adelante la "Ley del Aborto" que el Gobierno le había encargado

@FdezSilva

Miércoles, 22 de octubre 2014, 09:45

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Se marcha como se marchan los grandes, con elegancia. Se va un clásico de la política en un país donde casi nadie dimite, y menos por asumir el coste político de una decisión. Todo ello, sin que yo considere oportuno, por respeto, entrar a valorar la conveniencia o no de una ley que no tenía pinta de alcanzar el consenso necesario en un tema espinoso. Gallardón se defendía explicando ayer que hay grandes logros que precisan de más tiempo, en clara referencia al aborto.Es conocido que comparto con Gallardón muchas cuestiones: su manera de entender el servicio público, su capacidad para la comunicación y su carácter moderado. En cuanto a lo primero, porque se trata de un hombre de estado, que sirve a la política y no de la política. Segundo en su promoción como fiscal que, pudiendo llevar una vida más fácil, se ha dedicado en cuerpo y alma a la política. Ahora deja paso "a nuevas generaciones de políticos más preparados".Lo segundo, porque me parece un fuera de serie de la comunicación y ayer lo volvió a demostrar. Fluido en los argumentos, solemne pero cercano, y haciéndose cargo de la situación, difícil, pero sin ningún tipo de titubeo ante las preguntas de los periodistas. Hablando de comunicación, un ejemplo concreto. Aún recuerdo cuando fue preguntado en el famoso programa de televisión "Tengo una pregunta para usted" por un escéptico de la política sobre si tenía un cigarrillo. Gallardón fue capaz de lanzar un mensaje político coherente: "No. No tengo un cigarrillo, no fumo () pero permíteme que te pida un favor y que me lo hagas: da un paso adelante () te quiero convencer de que leas los periódicos, te acerques a los políticos y critiques lo que hacemos mal".Y lo tercero, su carácter moderado, porque creo que siempre puso el interés general por encima del particular. Alberto Ruiz- Gallardón, sin entrar a valorar decisiones de Ministro, siempre ha tratado de gobernar para todos y ha llegado a agradar incluso a quienes no simpatizaban con el partido al que representa. Con una gran transformación de la ciudad de Madrid en su bagaje como alcalde y varias mayorías absolutas en su haber.Todo ello, hablando de la jornada de ayer, con la elegancia del que se marcha en un país donde casi nadie lo hace. Defendiendo por encima de todo a su líder y a su partido. Cuestión de la que mucho deberían aprender quienes se mosquean por no sacar adelante el famoso anteproyecto de ley. Unas veces se gana y otras se pierde, pero tu casa siempre es tu casa, hasta cuando tu padre te regaña. Ayer Gallardón volvió a dar una lección de coherencia y elegancia, que pena que sea la última, querido Alberto.

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