El diagnóstico precoz, clave para la salud ocular en la tercera edad

En los ojos, como en el resto del cuerpo, cumplir años aumenta el riesgo de gran parte de las patologías que pueden darse. La doctora Irene Benito, perteneciente al Instituto de Oftalmología de Salamanca, explica que “una buena agudeza visual condiciona aspectos de la vida diaria y no solo para tareas básicas o movimiento independiente, sino también es importante la actividad de relacionarnos con los demás”. Y es que, la confianza que brinda una visión adecuada, anima a una vida más activa y evita caídas o accidentes de cualquier tipo.

Por ello, es importante incidir en las revisiones oftalmológicas anuales, según refiere la doctora, sobre todo “a partir de los 65 años, donde la detección precoz de determinadas enfermedades puede, en la mayoría de los casos, evitar un deterioro importante de la agudeza visual”.

Como parte normal del envejecimiento de los ojos, se pueden encontrar la aparición de diversos síntomas, tal y como detalla la doctora Benito: “Uno de ellos es la presbicia”. Este síntoma es solucionable con gafas o quirúrgicamente con lentes intraoculares adecuadas.

Por otro lado, existe el “enlentecimiento de la adaptación a los cambios de luz cuando se pasa de un ambiente iluminado a otro en penumbra, al igual que la mayor dependencia de luz especialmente en las tareas de visión cercana”, afirma Irene Benito. Existe también otro síntoma que se trata de la “sensibilidad al contraste”, explica la doctora, que consiste en “distinguir objetos sobre un fondo y merma la intensidad en la percepción de los colores”.

En cuanto al diagnóstico precoz, se hace especialmente importante en otras enfermedades propias de la edad avanzada. Según indica la doctora de INSADOF, las más comunes son “el glaucoma, que es una enfermedad del nervio óptico relacionada con la tensión ocular que aumenta su incidencia a partir de los 60 años”. En esta enfermedad es fundamental tener en cuenta que es asintomático hasta estadios avanzados. Según informa la doctora Benito, “las tensiones moderadamente elevadas no duelen, y los defectos visuales secundarios al daño nervioso no se perciben inicialmente”.

Otras enfermedades como las cataratas (opacidad progresiva del cristalino), o la degeneración macular asociada a la edad, también son bastante comunes. En el segundo caso, la especialista explica que “aunque no tiene tratamiento curativo, sí hay medidas preventivas como la protección solar y el abandono del tabaco. En caso de complicarse, las inyecciones oculares mejoran el pronóstico”. Otra de las más comunes es la retinopatía diabética. Por todo ello, la doctora anima a los pacientes de edad avanzada “a acudir a una revisión oftalmológica anual; porque prevenir es vivir y en este caso prevenir es ver”.

Contenido patrocinado por el Instituto de Oftalmología de Salamanca

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