Alberto del Rey, demógrafo y profesor de la USAL: “Salamanca está ante la mejor oportunidad para revertir la pérdida de población”
El INE prevé que la ciudad charra perderá 36.000 habitantes hasta 2035. Una proyección que puede corregirse si se aprovecha el teletrabajo para retener a los jóvenes
Viernes, 25 de septiembre 2020, 18:31
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la proyección de la población para los próximos 15 años deja en un mal lugar a Salamanca. Si desde 2009 la provincia ha perdido hasta ahora 20.000 habitantes, hasta 2035 el INE prevé que se quedará sin otros 36.000, por lo que el número total de residentes se quedará por debajo de los 300.000, algo que no ocurre desde finales del siglo XIX. Un mal augurio, pero que puede evitarse, según el profesor y demógrafo de la Universidad de Salamanca, Alberto del Rey.
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–¿Es realista la proyección del INE de que Salamanca perderá 36.000 habitantes en 15 años?
–Las proyecciones no tienen como objetivo predecir lo que va a pasar, sino dibujar escenarios. Son realistas con los datos y la situación que tenemos hoy. Pero es verdad que casi ninguna proyección acierta, porque se basa en la situación que existe hoy, pero que puede cambiar en los próximos años. La realidad de ahora en Salamanca es que hay una baja mortalidad, muy baja fecundidad y una salida de jóvenes que no se compensa con la llegada de otras personas. La mortalidad y la natalidad seguramente se mantengan igual en un futuro. Sin embargo, la inmigración, que es fundamental en las proyecciones, resulta muy difícil de predecir.
–¿Qué puede cambiar con la inmigración?
–Hay que tener en cuenta que el número de jóvenes que se marchan se va a reducir porque cada vez hay menos gente de esa edad en Salamanca. Es muy fácil que estas personas, al ser menos, dispongan de más oportunidades para quedarse aquí y que no salgan fuera. Además, es de esperar que las condiciones económicas en los próximos años mejoren respecto a los últimos. Hay que recordar que el tema económico es la variable que más afecta al movimiento migratorio.
–¿Es posible entonces revertir la despoblación que sufre Salamanca?
–Hay una oportunidad para Salamanca y para Castilla y León que es la propia crisis del COVID. Tenemos un agujero negro al lado que es Madrid, un polo de atracción tremendo para personas de provincias de alrededor. El INE parte de la base de que Madrid seguirá ganando y nosotros perdiendo en los próximos años. Pero con el COVID se ha acelerado la digitalización y el teletrabajo. Existe una oportunidad buenísima para atraer a gente que no tiene buenas condiciones de vida en Madrid. Con el teletrabajo, ya no es un problema estar a una o dos horas del centro de trabajo, y en cambio puedes tener una vivienda y una condiciones de vida más baratas.
–¿Se nota ya ese cambio de tendencia?
–No hay todavía datos fiables aún sobre los movimientos internos que ha provocado el COVID. Pero la gente sí está buscando entornos para poder vivir mejor. Hay gente que está viviendo en muy malas condiciones en Madrid y en algunas zonas urbanas.
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–La anterior crisis económica agudizó la despoblación que sufre Salamanca. ¿Por qué en la actual va a ser diferente?
–La anterior crisis afectó más porque el trabajo que se había creado en los años anteriores era de mano de obra no cualificada. Los extranjeros que vinieron se acabaron marchando al desaparecer esos empleos. De ahí la importancia de que Salamanca, que es una de las provincias mejor formadas, pueda aprovecharse del teletrabajo, que está pensado para mano de obra cualificada. Hasta ahora el no disponer de puestos de trabajo cualificados implicaba que esos jóvenes se marcharan a Madrid. Con el teletrabajo se pone en valor la mano de obra cualificada, que es la que tenemos, y nos da la posibilidad de retenerla e incluso atraerla.
–¿Es el teletrabajo la salvación de Salamanca?
–Salamanca está ante la mejor oportunidad que ha tenido en muchos años para revertir la pérdida de población. Hay que ver cómo evoluciona, pero se abre un campo de oportunidades. Tenemos atractivos y ahora nos podemos reposicionar para atraer a esta gente.
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–¿Solo se puede actuar sobre la inmigración, no hay nada que permita mejorar los datos de defunciones y nacimientos?
–La única forma es atraer a gente, porque en la mortalidad y los nacimientos se van a registrar pocas variaciones. Las defunciones irán poco a poco aumentando porque cada vez tendremos personas más mayores. Además, las generaciones que se van incorporando a las edades en las que se pueden tener hijos, cada vez son más pequeñas. Por eso el número de nacimientos va a disminuir. Podría haber un ligero repunte en el número de hijos por mujer si se mejora el nivel de bienestar. Y si conseguimos atraer gente joven, conseguimos un doble efecto, ya que aumentaríamos también los nacimientos.
–¿Será posible revertir la situación por igual en toda la provincia?
–El medio más rural va a ser difícil de recuperar. Le falta infraestructura de todo tipo, incluso buenas vías de comunicación o internet de alta velocidad. Hay que tener en cuenta que las cabeceras de comarca están perdiendo población en Salamanca. La única opción sería intentar frenar la despoblación en esas cabeceras y revitalizarlas, de forma que los municipios cercanos dispongan allí de servicios e infraestructuras básicas.
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–¿La pandemia va a tener un gran impacto demográfico?
–En principio no. Primero porque es difícil medir el impacto real de la pandemia. Y segundo, esas mil defunciones de más de los que se habla en Salamanca se concentran en edades muy avanzadas, cuyo impacto demográficamente es menor que si fallece una persona joven o de edad intermedia.
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