Los paraísos acuáticos para combatir el calor en Salamanca
Las piscinas naturales, pozas, arroyos, incluso ‘playas’ fluviales de la provincia son una buena opción para refrescarse en otro fin de semana de altas temperaturas en Salamanca
Cuando el calor aprieta y la playa más cercana está a tres horas en coche no queda otra que buscar alternativas. Y Salamanca está llena de ellas. Piscinas naturales, pozas, arroyos, incluso playas fluviales se reparten por toda la provincia para ayudar a combatir las altas temperaturas con un refrescante chapuzón.
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Aunque cualquiera de las opciones que ofrece Salamanca es buena, uno de los espacios mejor acondicionados está en la localidad de Villasrubias, a poco más de una hora desde la capital salmantina y en pleno corazón de la comarca del Rebollar. Allí el río Frío, afluente del Águeda, es el protagonista de esta piscina natural que el Ayuntamiento estrenó en 2015 después de tres años de obras y trámites burocráticos.
El complejo dispone de vestuarios, un bar con terraza, una gran superficie de césped, caminos habilitados para los accesos y la gran piscina natural con dos metros de profundidad. También los más pequeños cuentan con su propio espacio de baño.
Desde el pasado año, el Consistorio de Villasrubias cobra de manera simbólica 1 euro para poder utilizar la superficie de césped y los vestuarios porque el baño es gratuito.
La piscina de Villasrubias es solo uno de los espacios naturales con los que cuenta la provincia para darse un chapuzón. Aunque ni mucho menos es el único. Muy popular es también la ‘playa’ de Puente de Congosto, en la comarca del Alto Tormes, o la piscina de Valero, una de las más conocidas y populares de toda Salamanca.
Otra buena opción es la piscina natural de Villanueva del Conde, a la que se accede desviándose de la carretera que une la localidad serrana con Garcibuey. El conocido como “Charco de la Cruz” es otra propuesta para combatir el calor en plena Sierra de Francia. También en Garcibuey se localiza otra popular zona de baño: el estanque de la Palla, un gran depósito de agua que se construyó en 1940 para dar servicio a los agricultores de la zona y que se ha reconvertido en una atípica piscina, que cada año gana adeptos.
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Y en la comarca bejarana, en un entorno patrimonial único, se encuentra Montemayor del Ríocon la refrescante agua que llega de las cumbres bejaranas. Otro ejemplo más en la lista de lugares donde pasar el fin de semana a remojo.
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