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Jueves, 23 de noviembre 2017, 12:56
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¿Quién no ha recibido alguna vez una multa por un despiste o por circunstancias que no dependían solamente del conductor? Y eso ha provocado en la mayoría de los casos una sensación de rabia o malestar por haber podido evitar la sanción. El problema es cuando eso se convierte en habitual. O más que habitual, en recurrente. En esas ocasiones, ¿cuál será la reacción? Pues esto es lo que le ha pasado a una furgoneta, que ha sido aprehendida por la policía brasileña después de acumular 2.278 multas por un importe de 25,8 millones de reales, unos 6,7 millones de euros. La furgoneta, una Kombi de la marca Volkswagen, fue parada por policías militarizados de tránsito en la zona este de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil.Según el Departamento Nacional de Tránsito (Detran), el vehículo, fabricado en 2008, pertenece a une empresa y acumula 2.278 multas, la mayoría por exceso de velocidad y por no citar la persona que conducía el vehículo en el momento de la infracción. Además, el conductor que llevaba la Kombi cuando fue parada tenía su permiso de conducir caducado desde 2013.
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