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Á.B.
Miércoles, 23 de marzo 2016, 11:02
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La lluvia o más bien la amenaza de ella atenazó la salida de la procesión del Cristo de los Doctrinos y la Virgen de la Amargura. El presidente, Antonio Santos, decidió alargar la decisión final durante media hora mientras que en el Humilladero del Campo de San Francisco caía una lluvia fina. No se movió ni un alma. Finalmente y sin que hubiera garantías de que pudiera llover en la calle, la Vera Cruz decidió poner sus imágenes en la calle y arrastrar el silencio del muñidor desde Domínguez Berrueta. Hay que recordar que es la única procesión de Salamanca que no cuenta con ningún tipo de acompañamiento musical, aunque este año se ha unido la Virgen de los Dolores solo con las voces de su coro. La apertura de la puerta y la cruz de guía provocaron los primeros aplausos que fueron acallados rápidamente por la campana. La salida del Cristo de los Doctrinos volvió a ser dificultosa. Las cadenas de los penitentes aportaban el sonido característico del Lunes Santo, al igual que la rosa roja de uno de ellos. La Virgen de la Amargura portando su manto de luto y un tocado de blanco roto, de estreno, siguió el paso hacia la Catedral ascendiendo una calle Compañía que dejaba estampas inéditas.
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