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J.H.D.
Lunes, 23 de abril 2018, 13:20
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Los últimos cinco años de su vida se habían convertido en una pesadilla, pero el pasado viernes despertó. No estaba en casa, ni en la cama, sino en la mesa de un quirófano de Barakaldo: el único hospital que accedió a realizar la cirugía para completar su cambio de sexo.La salmantina Vanessa Iglesias se sometió el pasado viernes a una reconstrucción de vagina para que lo que ella siempre sintió en su interior se correspondiera con lo que veía por fuera."Hace casi cinco años desde que empecé a buscar la reasignación de sexo y ha sido muy duro. He ido a Madrid, a Barcelona, Málaga... En Castilla y León no han intentado hacerlo porque no había especialistas para realizar cirugías de cambio de sexo", explica Vanessa que, pese a todo, se muestra agradecida porque Sacyl ha costeado su operación. "La última vez que hablé con Cristina, la gerente del Hospital de Salamanca, yo estaba desesperada. Reconozco que le dije que iba a quemar el hospital entero si no me atendían".Vanessa lleva años pidiendo comprensión ante la opinión pública para que entiendan que este tipo de cirugías no son un capricho. "Nadie es transexual por gusto y la sanidad pública debe paliar estos problemas de sus usuarios", acostumbra a decir.
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