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J.H.D.
Martes, 27 de marzo 2018, 06:45
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El servicio de Cardiología del Hospital de Salamanca ha presentado en Nueva York un importante avance frente a los peligrosos desmayos (síncopes) que sufren las personas a las que se les ha implantado un desfibrilador.El estudio, que se ha liderado desde Salamanca y ha contado con la colaboración de especialistas de Cáceres y Barcelona, concluye que cuanto mayor sea la dosis de medicamentos betabloqueantes que tomen estos pacientes, menos posibilidades tienen de sufrir un síncope.El responsable de la Unidad de Arritmias del Hospital, Javier Jiménez Candil, es el investigador principal de esta estudio y destaca que "es un buen avance de cara a la calidad de vida de los pacientes, pero también en cuestiones práticas"."Los que se les coloca un desfibrilador es porque sufren taquicardias. Lo que hace el aparato es tratar la taquicardia cuando se produce, pero desde que aparece hasta que se produce la descarga pasan unos segundos en los que el paciente puede tener un síncope. Pierde el conocimiento y puede ser muy peligroso si va conduciendo, o si se cae y sufre un golpe", explica el cardiólogo.Lo que demuestra el estudio publicado en América es que "los fármacos betabloqueanes tomados crónicamente previenen la aparición de estos síncopes". La segunda conclusión del ensayo ideado en Salamanca es que "cuánta más dosis se tome, más protegido se está del episodio sincopal".Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más
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