La Universidad inviste doctor honoris causa al poeta cordobés Pablo García Baena

Como un “mendigo de las palabras”, así se ha definido a sí mismo el poeta Pablo García Baena tras ser investido doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca y ha asegurado sentirse “humilde” como alguien que llega a la puerta “renaciente”. Nada más lejos de la realidad, el escritor cordobés ha perdido prácticamente la visión —este jueves no ha podido ni leer el discurso— pero mantiene intacta su gran riqueza verbal y la sensibilidad para transformar la palabra en poesía. Mano a mano con la profesora Francisca Noguerol, que puso voz a las palabras de su maestro, Pablo García Baena repasó los versos de Luis de Góngora, su padre poético, y a la vez recorrió las calles, parajes y monumentos de su ciudad natal, Córdoba, a la que comparó con Salamanca, “ciudad de oro”, como la describió en el soneto que le dedicó hace una década con motivo de la entrega del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Ayer volvió a recordar esas palabras donde se refiere a la Universidad como “Biblia del mundo y su sabiduría”. Minutos antes también lo hizo su padrino, el profesor Juan Antonio González Iglesias. “¿Salamanca es de oro, es el sonoro / fluir del Tormes bajo el noble puente? / ¿O es de luna? Y es plata anocheciente... /¿Es ágora agonal, primado foro? (…)”, comenzaba el poema.Salamanca le ha unido un poco más a su mentor. “Pisó Don Luis las calles de esta ciudad áurea y entró también en estas Escuelas Mayores en las que hemos entrado todos hoy. Vio la espléndida Fachada Rica, que en piedra tenía hecho ya lo que él hizo luego con el lenguaje. Pudo contemplar este retablo exterior y laico en el que el arte no se distingue de la literatura”, detalló García Baena.