Medallas de Oro de Salamanca a los garantes de la convivencia pacífica

"En justa correspondencia con esa dedicación de entrega, por esa labor diaria que ayuda a las personas que garantiza nuestra convivencia pacífica y que salvaguarda nuestros derechos y libertades; porque cada uno de sus miembros y funcionarios a lo largo de su historia han contribuido con su esfuerzo a hacer de esta ciudad lo que es hoy". Con estas palabras, el alcalde, Alfonso Fernández Mañueco, justificó que la Comandancia de la Guardia Civil y la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía recibiesen este miércoles el máxima reconocimiento que otorga la ciudad, las Medallas de Oro de Salamanca. Pero la distinción no fue solo para las instituciones, sino "para cada uno de sus agentes", así como para sus familiares "por el apoyo impagable que les dan y los sacrificios que tienen que hacer a menudo por lo exigente de este trabajo". Al igual que el comisario jefe provincial, Francisco Martín Ancín, y el teniente coronel jefe, Jorge Montero Llácer, el primer edil brindó la distinción no solo a los miembros en activo, sino a aquellos que están en la reserva o jubilados, y tuvo un recuerdo muy especial para aquellos que dieron "su vida y sufrieron en la primera línea de la defensa de las libertades y los derechos de todos los españoles". "Por eso, sentimos como propias cada una de esas víctimas y aplaudimos su valor", añadió.Este discurso lo pronunció ante un teatro Liceo lleno de autoridades y representantes políticos, sociales y económicos. Fue inmediatamente después de que Martín Ancín, en representación de la Comisaría, y Montero Llácer, como jefe de la Comandancia, recibieran la Medalla de manos de Mañueco. Ambos insistieron en que recibían la distinción "no por méritos propios", sino en nombre de todos los agentes, y reconocieron que este reconocimiento se convierte en un "estímulo para prestar su servicio, si cabe, con más ilusión".