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Miércoles, 9 de enero 2019, 13:27
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El gallo de la veleta mira con enfado a la cigüeña: "Oye, rica, que esta torre es mía, tan mía que se llama Torre del Gallo. Llevo ochocientos años vigilándola porque es una joya del románico, no se vaya a estropear. Así que nada de anidar aquí, ¿vale?". La cigüeña es una ave muy educada: "Ay, perdón, señor gallo, es que voy a mi nido en los Dominicos y vengo cansada, me voy volando, ahora ya es todo cuesta abajo..."Texto y foto: PUPARELLI
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