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Letizia no me representa

Letizia no me representa

PABLO MONTES

Lunes, 9 de abril 2018, 06:45

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No soy monárquico, pero acepto por imperativo legal una Corona que en los últimos años ha dado más quebraderos de cabeza que alegrías. Creo que es un sistema trasnochado propio de otro tiempo. En pleno siglo XXI nadie debería ostentar una jefatura del Estado por razón de sangre. Es anacrónico. El problema es que en España la izquierda se ha apropiado torticeramente del concepto república. Todo con el objetivo de poner como modelo la de 1931. ¡Dios nos libre! Pero el sistema republicano nada tiene que ver con aquella locura que acabó vestida de soviética y con España dividida. Buenos ejemplos tenemos en Francia y en Portugal de todo lo contrario.Lo que es innegable es que la monarquía española, que en su día fue garantía de estabilidad, está a un paso de provocar todo lo contrario. La abdicación de Juan Carlos en Felipe dio un soplo de aire fresco necesario. Pocas cosas se pueden reprochar al nuevo monarca, que normalmente ha estado a la altura en los momentos más difíciles para nuestra nación. El problema no es él, sino lo que tiene alrededor. La cara desencajada de Felipe VI mientras Letizia (me niego a ponerle el doña delante) se afanaba en fastidiar la foto de Sofía con sus nietas, ejemplifica su situación. El rey tiene a los peores enemigos dentro de casa. Y luchar contra los suyos es muy complicado. Me da lástima, pero es lo que hay.Cuando las aguas bajaban relativamente tranquilas por Zarzuela a la espera de que Urdangarin entre al fin en prisión, la reina se ha encargado de abrir de nuevo la caja de los truenos. Su actitud tras la misa del Domingo de Resurrección en Palma fue vergonzosa. El reflejo público de una persona manipuladora, maquiavélica, dominadora, ególatra y muy irrespetuosa. Una reina que a mí personalmente no me representa. Hace falta tener una obsesión enfermiza para ser capaz de hacer algo así con las cámaras de televisión delante de sus narices y con decenas de personas a su alrededor. Alguien que no es capaz de controlar sus instintos más deleznables, no merece ocupar semejante cargo. Los abucheos que recibió el jueves durante su visita a la Organización Médica Colegial en Madrid reflejan el rechazo que ha provocado en la sociedad. No obstante, ha herido a todos aquellos que tienen a Sofía en estima. Personas que valoran su aguante estoico ante los desmanes del verraco que tenía en casa.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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