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El golpe de Estado permanente

El golpe de Estado permanente

Ángel J. Ferreira

Viernes, 9 de marzo 2018, 05:45

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Si alguien lo ponía en duda, ya tenemos pruebas: Cataluña no sale, ni saldrá, del golpe de Estado permanente mientras no se aborde de frente y no de soslayo su epicentro dramático: romper con España a las bravas, saltándose a la torera la ley, y sin tener en cuenta que allí vive al menos la mitad de una población que o se siente española o ve disparatado un divorcio que solo traerá males para todos. La aplicación del 155 llegó tan mal como tarde, y aquí estamos: asistiendo a una carnavalada sin asideros en la realidad pero que no ceja. ¿Cómo si no calificar a un Parlamento que reconoce la legitimidad de un ex-presidente huido de la justicia, que se proclama grotescamente exiliado político, y que quiere seguir ejerciendo moralmente y desde Bruselas de "molt honorable"? ¿O de proponer como candidato para reemplazarlo efectivamente a un agitador que lleva varios meses en prisión, que requiere de autorización judicial para defender su investidura, y que está al borde de la inhabilitación? Es la estrategia de la tensión, tan empleada en los años 60 en Italia. El golpe de Estado permanente.Mientras no reconozcamos la impotencia de los sucesivos Gobiernos de España al no afrontar a lo largo de las últimas décadas el problema, primero soterrado y más tarde desbordado, del desafío independentista, no iremos a ninguna parte: bueno, perdón, sí, al infierno. Jordi Pujol hizo arteramente el diseño, que truncaron sus torpes sucesores anticipándose a destiempo a que la fruta madura cayese del árbol: monolingüismo oficial en la enseñanza y destierro del castellano, la lengua madre de millones de estudiantes y el idioma del Estado arrojado a la caverna, televisión y radio públicas autonómicas al servicio de la estrategia secesionista, con el adoctrinamiento paralelo, y desprecio del Estado de derecho ninguneando las sentencias del Constitucional y del Supremo cuando quisieron poner algo de orden en la selva.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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