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Hora de rendirse

Hora de rendirse

ROBERTO ZAMARBIDE

Lunes, 30 de octubre 2017, 05:45

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Qué razón tenía Rajoy cuando pronunció aquella recordada frase de "los catalanes hacen cosas". Me viene a la memoria la campaña de las autonómicas de 2010 y un singular video que grabaron destacados dirigentes del PP intentando regalar el oído de los catalanes. La campaña "Nos gusta Cataluña/Ens agrada Catalunya" albergaba la inocente pretensión de aplicar bálsamo al herido orgullo de los mandamases de la Generalitat quejosos por su limitado autogobierno. Los catalanes han hecho muchas cosas desde aquel video, ciertamente. Entre ellas, elegir entonces la configuración del Parlament que ha terminado por romper la baraja a la que estábamos jugando todos los españoles desde hace décadas. Se ve que la estrategia del mensaje de cariño no disuadió a los secesionistas. Y hoy, por desgracia, mientras la mitad de la población de Cataluña festeja una independencia irreal, la otra mitad sufre con pena y temor las imprevisibles consecuencias.Ojalá la hora de regalo que este fin de semana nos trajo el cambio horario de otoño haya aportado reflexión y luz a los responsables de la catástrofe nacional que el viernes culminaron un lamentable "procés" de delirio e irresponsabilidad, hundiendo a una región en el desastre no solo político sino también económico y social, y por descontado a todo un país en la incertidumbre. Me da pereza volver a condenar los ardides de los políticos, partidos y coaliciones catalanas que han culminado esta semana el hachazo a la paz y a la convivencia. Llevan demasiado tiempo siendo protagonistas para que merezca la pena volver a citarlos aquí de nuevo. Ya se encargará en su día el juez de citarlos a todos, esta vez ante un tribunal, para que paguen por su felonía.Dos días después de la declaración unilateral de independencia, parte de la población catalana sigue celebrando el nuevo status, en la creencia de que se han liberado de un supuesto yugo opresor. En realidad no es así, y están tardando demasiado en darse cuenta. Muchos de ellos interpretan la realidad que les circunda con decodificadores de difícil comprensión para quienes creemos en el Estado de Derecho y en la Democracia con mayúsculas, la que se construye con la voluntad de todos. En su mundo particular, los independentistas han culminado un proceso al que habían dedicado años de ensoñaciones y de maquinaciones. Ahora creen haber llegado a la meta, pero pronto descubrirán que lo que están viviendo es el principio del final del sueño.Asistimos a los sucesos de Cataluña como a una obra teatral de gran envergadura en la que se suceden complejos y aparatosos cambios de escenario entre acto y acto. A estas alturas del argumento, resulta una quimera pretender intuir por donde discurrirá la acción. En el avispero en que se ha convertido desde hace días el círculo del Govern y sus aliados, sin duda habrá causado un notable desconcierto la convocatoria de elecciones autonómicas por parte de Moncloa, una acertada jugada en este tablero tan enrevesado. Esperaban que la toma del control de la autonomía que permite al Gobierno el artículo 155 de la Constitución se plasmase en alguna medida de fuerza que alimentase su victimismo y, sin embargo, han recibido un elegante revés de democracia. Democracia de verdad, de la que se fundamenta en la voluntad ciudadana expresada a través de los cauces acordados por todos.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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