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De matamoros a peregrino

De matamoros a peregrino

Juan Antonio García Iglesias

Miércoles, 26 de julio 2017, 07:00

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El tiempo no para, todo lo deja atrás y lo envejece. Con el paso del tiempo cambian las cosas, hoy se piensa distinto que antaño y se actúa de acuerdo al pensamiento, motor a sí mismo del cambio. Entre una y otra generación se nota la diferencia, en la conducta, en el trato, en los gustos, en las costumbres, en las formas de ser, de pensar, de vestir, de comer, de divertirse..., en fin, de todo. Las ideas, como las modas, se añejan rápido y quedan obsoletas a poco tiempo que pase, llevándose por delante todo lo viejo, no así algunas ideologías que, aun cuando el tiempo no perdona, se enquistan y eternizan.Atrás quedó el pasado y de allí [del pasado] nadie lo mueve, sin embargo, al contrario que el agua, sí mueve molino, por eso necesario es aceptarlo y tenerlo en cuenta porque somos como somos por como fuimos, y aunque las diferencias sean considerables los vínculos son indestructibles, motivo por el que cualquier empeño por romper con el pasado sea esfuerzo baldío que no lleva a ninguna parte.El avance imparable hacia el futuro va dejando una estela larga hasta perderse de vista, aunque no del todo, porque los hay que no la pierden ni se apean del pasado por muy lejos que esté. Ejemplo, el de los ideólogos que se resisten al paso del tiempo y ahí los tenemos echando mano de lo más añejo del mercado, que apesta a rancio, para vendérnoslo como recién salido del horno en un momento que no está para bollos. Además, con lo grande que es el cielo que aspiran tomar al asalto, sin embargo, ningún santo que lo habitan es de su devoción. Pues a cuento de santos y devociones, fuera de este enjambre de facinerosos hay santos y devotos para todos los gustos. Cada pueblo tiene el suyo, también cada región€ y España para no ser menos: Santiago Apóstol. Su día fue ayer, o sea que ayer fue la fiesta del Patrón de España, sin embargo no se notó, sí, en cambio, en muchos pueblos de los que también es Patrón y lo celebraron como es debido. La tradición de andar por casa funciona. Admite ponerse al día, aunque sin pasarse, porque el objeto del manoseo es sagrado y lo sagrado cuanto menos se toque mejor. Y en plena vorágine festiva anduvieron estos días en honor al Apóstol Santiago, el guerrero, el peregrino. La iconografía lo presenta a caballo batallando en Clavijo, de ahí lo de matamoros, o con los atributos de peregrino camino de Compostela, allí donde la fe sitúa el lugar de su tumba, camino (uno entre muchos) que cruza Salamanca de extremo a extremo y de su provincia.Siempre cabalgó más como guerrero que como peregrino el santo Patrón de España, pero el tiempo pasa y a su paso todo cambia. Desde la batalla de Clavijo (que los historiadores pusieron en cuarentena y en cuarentena sigue) hasta hoy han transcurrido mil ciento setenta y tres años de turbulenta historia que fue pasando factura conforme avanzaba, factura de quienes escribieron a su modo y lacraron cada capítulo, hasta llegar a lo que hemos llegado, historia que a unos enorgullece y a otros avergüenza, porque la ignoran o porque prefieren ignorarla, juzgándola con criterios de hoy cuando lo actual es consecuencia de consecuencias pasadas.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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