Aquellos tiempos de la austeridad

Si veinte años no son ná, treinta años son ná y media. Pues nada y media es lo que lleva el PP gobernando Castilla y León, los mismos seis lustros que lleva el PSCL-PSOE chupando banquillo en la oposición parlamentaria, que eso sí que es vara y media de castigo. Tres décadas se cumplen este 28 de julio de la llegada de José María Aznar al Colegio de la Asunción, y el expresidente de la Junta y del Gobierno de la nación quiso celebrarlo por anticipado y sin grandes alharacas, en una comida celebrada ayer con sus tres sucesores, Jesús Posada, Juan José Lucas y Juan Vicente Herrera, y el aspirante a cuarto, Alfonso Fernández Mañueco.Decía Lucas, encargado de tuitear el evento en un restaurante de la Ribera, que se trataba de una comida de amigos, lo cual hubiera sido cierto si los convocados hubieran mantenido la vieja amistad que les unió en su día. No ha sido así, porque la vida política les ha ido distanciando en el tiempo y en el espacio, pero nunca es tarde para recuperar los cariños.Lo más sorprendente del encuentro es que Aznar se haya acordado de repente de que un día ya lejano fue presidente de Castilla y León. Porque desde su ascensión a los cielos de Madrid y su encumbramiento como presidente del Gobierno allá por 1996, se ha acordado lo justito, más bien nada, de la tierra que le vio nacer a la política. En los muchos eventos a los que han sido convocados los expresidentes regionales, la ausencia de Aznar ha sido siempre admitida como un tributo a su ambición nacional e internacional.En fin, que hay que agradecer por tanto al actual presidente de FAES que se haya acordado de esta humilde tierra castellana y leonesa, y que haya tenido la deferencia de compartir con sus herederos los recuerdos de aquellos años gloriosos en los que batió, contra pronóstico, al candidato socialista Juan José Laborda, recompensado por su derrota con la presidencia del Senado, ahí es ná.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más