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Y quería ser el nuevo Robin Hood

Y quería ser el nuevo Robin Hood

M. Vicente

Martes, 27 de junio 2017, 06:45

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Mesonero me recuerda mucho algunos de los presuntos chorizos que antes de ser descubiertos recorrían los platós de televisión dando lecciones de ética y moral, mientras que, al parecer, se estaban llenando los bolsillos. Se convirtieron en azotes contra la supuesta corrupción de los demás para esconder sus propias vergüenzas. "Los corruptos a la cárcel", decían alto y claro.Pues resulta que Mesonero, al que Dios me libre a mí de condenar a nada, me recuerda mucho en su proceder a estos maestros del arte de desviar la atención. Hubo una época en la que se ponía a la cabeza de todas las manifestaciones, denunciando a todo y a todos, como si fuera el nuevo Robin Hood del siglo XXI. Pedía transparencia y ha sido el bipresidente más opaco de todos los tiempos. Exigía ejemplaridad a los políticos y resulta que se puso jugosas dietas en Adventia, sociedad participada mayoritariamente por la función creada por la Cámara y por Confaes, a espaldas de sus propios compañeros, que se enteraron del asunto de los cobros cuando salió la primera auditoria de la escuela de pilotos, que desvelaba que se habían repartido él y sus amigos nada más y nada menos que 105.000 euros en poco más de un año. Benjamín Crespo, hasta 2015 del estrecho círculo de Juan Antonio Martín Mesonero, fue quien destapó el escándalo de las dietas y quien empezó a desconfiar de su hasta entonces amigo. Y si él no hubiera sido uno de los beneficiados con las dietas (160.000 euros se llevó de Caja Duero) de las antiguas cajas, también se hubiera puesto al frente para que políticos, sindicatos y empresarios que gestionaron las entidades arruinadas, se sentaran en el banquillo. Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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