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Un simple giro del destino

Un simple giro del destino

Marta Robles

Miércoles, 9 de enero 2019, 10:44

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Sábado 15 de octubre de 2016. Como todos los 15 de octubre desde hace sesenta y cinco años, noche del Premio Planeta en Barcelona, a la que yo llevo acudiendo desde hace veinticinco, en calidad primero de becaria, luego de periodista y finalmente, desde hace muchos años ya, como autora de la casa. Mesa de escritores y editores y una discusión acalorada, que antes había corrido entre las conversaciones del hall. Bob Dylan sí, Bob Dylan no. Nadie negaba al cantautor, claro, si no su flamante Nobel de literatura. Las bromas se sucedían "igual el Planeta de este año lo gana Marta Sánchez" dijo alguno. Y otro comparó a Dylan con Sabina, a quien, por cierto, leí loando el premio de su compañero: "nuestro mundo ha quedado elevado a la categoría de alta cultura, y eso está bien". Bromas aparte y sin ánimo de restarle ninguno a Sabina, a quien admiro y venero, creo que Dylan tiene algún mérito más. Ayer yo actúe como defensora de su Nobel frente a quienes pensaban que lo que le correspondía era un Grammy. Pues miren, no. Lo suyo no es de Grammy. Es otra cosa. Lo importante en literatura, creo yo, no es tanto la obra publicada, como lo que emociona lo que se cuenta o se canta.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA

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