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La histeria de Miquel Izeta

La histeria de Miquel Izeta

Julián Ballestero

Miércoles, 9 de enero 2019, 11:04

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El espectáculo de Miquel Iceta, gritando como una loca en apoyo de su amado Pedro Sánchez, ofrece una idea cabal de por dónde y hacia dónde camina España. Por el sendero de la histeria hacia el ridículo de unas terceras elecciones que tampoco despejarían la enorme polvareda que nos envuelve."Pedro, ¡Mantente firme! ¡Líbranos de Rajoy y del PP! ¡Por Dios! ¡Aguanta! ¡Resiste a las presiones!", aullaba ayer mismo el líder de los socialistas catalanes, en un mitin que se saltaba a la torera la jornada de reflexión en Galicia y País Vasco. Y tras la actuación de su escudero del PSC, Sánchez apuntillaba el pregón con una frase que no le hemos oído nunca: "No es no". ¡Qué pensamiento profundo y qué capacidad de interpretación de los intereses de España!Hace ahora un año, en septiembre de 2015, ambos protagonizaban el baile de la temporada, con Iceta desmadrado al son de Queen, con aquella canción cuya letra en inglés dice, entre otras lindezas: "Ahora nada nos va a detener. Y si este mundo se quedara sin amantes, todavía nos tendríamos el uno al otro. Nada nos va a detener, nada nos va a detener". Seguramente Freddie Mercury no estaba pensando en los barones del PSOE, pero Iceta y Sánchez sí que los tienen en mente (a Miquel lo de barón no le cuadra en absoluto).Y no son los únicos que están pensando, o más bien temiendo, que los barones críticos, casi todos los líderes regionales con las sonoras excepciones de la balear Francina Armengol y el castellano y leonés Luis Tudanca, siguen amagando sin dar, como han venido haciendo desde diciembre pasado.Los más valientes de entre los críticos han sido Emiliano García-Page, presidente manchego, y Javier Lambán, jefe del ejecutivo aragonés, que han tenido la osadía de expresar en público su oposición a que Sánchez dé un golpe de mano interno convocando un congreso federal en octubre para consolidarse como secretario general y candidato a las terceras elecciones. Mientras tanto, la lideresa andaluza calla y solo algunos de sus fieles de segundo nivel han expresado su rechazo a los planes del madrileño.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA

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