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La RATOnera política del ministro

La RATOnera política del ministro

Todo un ministro del Interior recibiendo en su despacho oficial al nada ejemplar Rodrigo Rato, da a entender la concepción patrimonialista que tienen algunos de las instituciones públicas

@JOSELUISMATEOS

Domingo, 16 de agosto 2015, 15:13

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El encuentro entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el “enterrador” de Bankia, Rodrigo Rato, en la sede oficial del Ministerio, se produjo el pasado 29 de Julio. Una información periodística destapó el citado encuentro, al no haber trascendido de manera oficial por no figurar en la agenda pública del ministro. Al conocerse el encuentro, como era lógico y previsible, el revuelo político y mediático fue importante; hasta el punto de que, obligado por la presión de la oposición, el ministro accedió a comparecer en el Congreso para intentar explicar el encuentro con el imputado Rodrigo Rato.La comparecencia del ministro en el Congreso de los Diputados aclaró poco o nada las cosas, reduciendo el encuentro a una simple conversación sobre la seguridad de Rato por haber recibido amenazas en las redes sociales. Sinceramente, la coartada resulta poco creíble, porque dudo que cualquier ciudadano tenga acceso directo al ministro del Interior para hablar de su seguridad; y menos si quien solicita hablar con el ministro ya goza de seguridad por sus anteriores responsabilidad públicas. Entiendo que, quien se ocupa actualmente de la seguridad del señor Rato, tendrá un protocolo establecido para comunicar la necesidad de incrementar los efectivos encargados de su protección al detectar nuevas amenazas. Lo cierto es que esto último no quedó claro en la comparecencia del ministro, aunque la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) sí emitió un comunicado posterior en el que aclaraba que la petición del señor Rato de más seguridad por las amenazas recibidas, no figuraba a través de los cauces establecidos –es decir: no había comunicación o denuncia alguna en una comisaría-.Resulta llamativo que quien fuera Vicepresidente del Gobierno con José María Aznar, unas horas antes de la comparecencia del ministro del Interior en el Congreso, hubiera declarado que fue al Ministerio a hablar “de todo lo que me está pasando”, además de abordar otras cuestiones de índole política. Y lo que le ocurre al señor Rato no es otra cosa que estar siendo investigado por varios delitos como fraude fiscal, alzamiento de bienes o blanqueo de capitales. Resulta todavía menos creíble, por tanto, que el encuentro entre ambos fuera para hablar únicamente de su nivel de protección ante una hipotética amenaza que quebrantara la seguridad del defenestrado Rato. Más bien cabe pensar que fue un encuentro para hacer valer el poder que en su día tuvo el ahora imputado y tener línea directa a través de un ministro con el Presidente del Gobierno. Este último ya adelantó –como si tuviera una bola de cristal- que en la comparecencia del ministro “no iba a haber nada en particular”.No parece sano para ninguna democracia que un ministro reciba en su despacho a quien está siendo investigado y, en el futuro, previsiblemente será juzgado por varios delitos nada ejemplares, por mucho que haya sido Vicepresidente del Gobierno. Únicamente se puede explicar este recibimiento por la errónea concepción patrimonial que el ministro demuestra tener de las instituciones públicas. Fernández Díaz ha convertido el Ministerio en su ratonera política de la que debe salir dimitiendo o siendo cesado por el Presidente del Gobierno. No puede seguir estando al frente de un Ministerio tan importante como el de Interior una persona que justifica como normal lo escandaloso.

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