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Jueves, 28 de mayo 2015, 14:54
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El último episodio que deja patente el abandono del Vivero de Empresas "Iris" por parte de la Cámara de Comercio de Salamanca y de su máximo responsable, Juan Antonio Martín Mesonero, se desarrolló durante las 24 horas a caballo entre la mañana del martes y el mediodía de este miércoles, tiempo en el que la alarma del edificio no dejó de sonar por la ausencia de un responsable que pudiera pararla, pese a los intentos de la Policía Local y la Guardia Civil por localizar a alguien con las llaves. La colaboración de la asociación de empresarios mirobrigense fue fundamental, ya que intercedió tanto para conseguir la llave como para desactivar el dispositivo.Esta desidia en el vivero gestionado por Mesonero no es de ahora, sino que fue lo que provocó su cierre. La falta de servicios obligó a marcharse a finales de enero a la última empresa asentada. La compañía de logística alemana optó por irse a Fuentes de Oñoro tras ser la única con actividad en un edificio de 750 metros cuadrados, concebidos para que fueran ocupados en 10 despachos y en dos naves.Este fue el resultado de un año de gestión en solitario por parte de Mesonero, dirigente que perdió las ayudas públicas por no presentar las cuentas de forma detallada y por entregar facturas irregulares para que tanto la Diputación como el Consistorio de Ciudad Rodrigo cubrieran el déficit de la instalación. Tras la pérdida de confianza, Mesonero optó por mantener sin otros apoyos el edificio, decisión que acabó en fracaso sólo 12 meses después.
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