Los ganaderos de la comarca de Vitigudino permanecen en alerta por los cánidos

Aquí nadie habla de perros asilvestrados. Los ganaderos de la comarca de Vitigudino tienen muy claro que el lobo es el animal que acecha a su forma de vida, el depredador que atemoriza a sus rebaños. Lo saben por las huellas, por las mordeduras en el cuello de sus ovejas, por toda una serie de pistas que las cuatro cámaras camufladas en Peralejos de Abajo todavía no han conseguido aclarar. Es inevitable que los ganaderos sientan miedo. Sin posibilidad de realizar batidas para cazar a la presa, aseguran que continuarán recogiendo todas las noches su ganado hasta que no pase esta amenaza.Gregorio Rodríguez, alcalde de Peralejos de Arriba, dice que la Junta está "intentando hacernos pasar por ignorantes, saben perfectamente que los ataques son obra del lobo". De la misma opinión es Domingo Adelio Pérez, ganadero de Peralejos de Abajo, para quien está claro que el lobo es el animal que mató a siete de sus ovejas: "Los perros no son tan astutos". Al mismo tiempo, Domingo señala que todos los ganaderos de la zona siguen tomando precauciones y que todavía se puede percibir el "miedo en las ovejas".En la comarca de Vitigudino nadie sabe dónde puede ocurrir el próximo ataque. Los que se mueven por el campo reconocen que el lobo puede hacer cuarenta o cincuenta kilómetros en una sola noche. Muchos temían que, tras rondar por las inmediaciones de Vitigudino, los cánidos se desplazaran a la zona del Yeltes siguiendo el curso del río. Y ciertamente no andaban equivocados. La última escabechina se produjo el pasado miércoles en Villares de Yeltes, donde murieron siete carneros. Manuel Sánchez González, uno de los ganaderos afectados, señala a los culpables: "Antes si atacaba el lobo solicitabas permiso para dar una batida y lo intentabas arreglar, hoy tienes que dejar que te coman los calcañares sin poder defender tu modo de vida".